El segundo evento electoral del 6 de noviembre, que será el de la histórica decisión definitiva, está provocando gran expectación y no menos tensión en los diversos círculos sociales del país. Y no es para menos; ¡la suerte está echada!, cabe recalcar. Causa preocupación el futuro de la patria en esta hora del mundo.
Son dos personajes los que estarán disputándose la primera magistratura de la nación: el brigadier Otto Pérez Molina y el abogado Manuel Baldizón.
En la primera vuelta, efectuada el 11-9-11 sin rayos ni centellas, más sí con cantos celestiales y algunos cohetillos, la andanada de sufragios favoreció al primero de los presidenciables mencionados, o sea a Pérez Molina. Le siguió bastante lejos el segundo, o sea Baldizón.
Por primera vez en la diuturnidad de nuestra vida republicana hubo inundación de votos en las urnas electorales. El candidato presidencial Pérez Molina recibió la bendición del electorado con más de un millón seiscientos mil sufragios; pero, contrariamente a los pronósticos que se hacían, sobre todo en corrillos callejeros y entre los simpatizantes del Partido Patriota, no triunfó por mayoría absoluta y, he ahí, la razón por la que los guatemaltecos nos encontremos en la nueva encrucijada…
Se percibe entre la población, no sólo en la masa ciudadana propiamente dicha, un deseo, una decisión de volcar en las urnas la misma cantidad de votos o más para ratificar la voluntad de que el aspirante presidencial del PP ocupe la principal poltrona del gobierno.
En realidad, si Pérez Molina fue el más afortunado presidenciable de la primera ronda con más de una millonada y media de votos, fácilmente triunfará en la segunda jornada político-electoral. La lógica eso indica.
La verdad es que todo un pueblo se encuentra pensando y tratando de salir de los tremedales de la violencia criminal que nos tiene postrados y como de rodillas sin mayores esperanzas de vivir con tranquilidad y dedicados al trabajo dignificante, honrado, sin el estado de zozobra atribuido a los delincuentes de todo pelaje.
También el deterioro de la economía, los vacíos de atención en los servicios de salud a la clase popular que rumia las amarguras del infortunio, las deficiencias de la educación y otros problemas y necesidades que afronta la mayoría de la sociedad, dan motivo para clamar a grito abierto por la solución en todos los aspectos. Y es la seguridad algo así como un potente motor que impulsa todo lo que está teniendo una incidencia nada positiva a escala nacional.
Respecto de Otto Pérez Molina no sólo hay simpatía en multitudes de compatriotas, sino también confianza en que realizará buen trabajo al frente de los destinos del país. En cambio, no ocurre lo mismo en relación con el otro pretendiente a entronizarse en la cima del poder…
Y algo especial que nos llama la atención: Como en alta voz, se comenta por todos lados que, casi sin excepción, quienes han gobernado después de los hombres de la revolución del 44, sobre todo los civiles, no han resuelto eficazmente la problemática general de la república y; por añadidura, han sido flojos y, de esa guisa, han parecido unas vejigas desinfladas…
Alguien, que se ha caracterizado con doctitud y clara visión como analista de la política genuina, científica, sugiere pensar no solamente en la persona o en las personas que están en la palestra, sino, ante todo, principalmente, en el interés supremo de la patria, porque en la tremenda actualidad de América Latina hay pisadas de animal grande que denotan un movimiento político-ideológico rayano en el sovietismo que apuntaba a la dominación mundial en la pasada centuria, tras desarticular el sistema democrático. Y eso, eso… ¡no se va a poder!, diría o debe decir Juan Pueblo!
Meditemos bien, muy bien, realmente bien, en cuanto a la emisión de nuestro voto tanto o más que en la primera vuelta para no equivocarnos y lamentar más tarde, cuando ya todo pueda estar consumado, y… ¡mucho cuidado con la injerencia de los aviesos líderes que pretenden enrarecer la atmósfera político-ideológica de nuestra América que orgullosamente ostenta a lo alto la hermosa bandera de las libertades y de todos los demás valiosos atributos del sistema democrático!