En tiempos de crisis se necesita un Presidente que tenga la habilidad de calmar a la población mediante propuestas concretas que puedan ayudar a superar situaciones de crisis. Guatemala ha vivido durante los dos últimos años en medio de violencia incesante y ayer y hoy continuaron los hechos a los que se les sumó una campaña de falsos rumores que causaron pánico.
El Presidente apareció en un mensaje televisado el día de ayer por la noche pero fue muy político en un momento en el que debió ser el líder del país para millones de guatemaltecos urgidos de respuestas y soluciones. Ayer el Presidente dio la impresión que él y su equipo de seguridad no han dimensionado bien el problema y que no tienen la entera determinación para resolverlo.
La población en general y sus mayores críticos hubieran cerrado filas a su alrededor si tan solo hubiera anunciado medidas reales y coherentes. Por ejemplo, indicar que el Organismo Ejecutivo en Consejo de Ministros por ser una situación de interés nacional, había acordado la construcción de una cárcel de máxima seguridad a la que se pudieran trasladar aquellos reos de mayor peligrosidad que desde la prisión dirigen buena parte de la orquesta que tiene a miles de familias guatemaltecas enlutadas.
Una cárcel de máxima seguridad en la que sus inquilinos ingresen de traje anaranjado e igual para todos, sin celulares, sin armas, sin drogas y sin ningún tipo de privilegio. Una cárcel en donde no haya señal de celular, en donde se graben las conversaciones del reo y sus visitantes y se graben las llamadas que el reo haga a sus familiares a través de los teléfonos de presidios.
Claro está que para ello habrá que modificar un par de leyes, lo cual es difícil porque el Congreso al igual que el Gobierno parecieran estar fuera de foco con la realidad, pero a la vez sería una oportunidad para congraciarse con la población, pues hoy por hoy, la seguridad preocupa más que la economía.
Con alguna medida determinante como ésta, señor Presidente, los guatemaltecos preocupados por los intereses del país cerraremos filas a su alrededor. Pedirnos que no dejemos entrar la violencia y al crimen organizado, sin el apoyo de las fuerzas públicas y de medidas reales y determinantes, es una línea de campaña y no de un Presidente del que todos esperamos que lidere.