Seúl se compromete reforzar defensa


Militantes en Corea del Norte realizan una marcha de apoyo en Pyongyang. FOTO LA HORA: AP Kyodo News

El presidente de Corea del Sur aseguró hoy que no permitirá a Corea del Norte «codiciar ni un centí­metro de nuestro territorio», aunque dejó la puerta abierta para un posible diálogo de paz entre ambos paí­ses.


El desarme de Corea del Norte podrí­a propiciar la asistencia económica de Corea del Sur, dijo Li Myung-bak en su discurso de año nuevo dirigido al paí­s.

Afirmó que el ataque con fuego de artillerí­a que Corea del Norte lanzó el 23 de noviembre contra la isla surcoreana de Yeonpyeong, que dejó cuatro muertos y suscitó temores de una guerra, ha marcado un antes y un después.

Frente a ese hecho, Seúl procederá igual que Estados Unidos ante los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 y «revisaremos nuestra postura de defensa», agregó.

Sin embargo, dijo, «si el Norte exhibe sinceridad, tenemos tanto la voluntad como la intención de incrementarle de manera drástica la cooperación económica».

Washington y Seúl han condicionado la reanudación de las conversaciones internacionales estancadas a que Corea del Norte cumpla compromisos previos de desarme nuclear. En el diálogo ofrece a Corea del Norte asistencia a cambio de su desarme.

Las declaraciones de Li, muy centradas en Corea del Norte, suponen un firme compromiso de reforzar la defensa de Corea del Sur y responder con severidad si es atacada de nuevo.

«La situación antes y después de la provocación contra la isla de Yeonpyeong no puede ser la misma», expresó Lee. «No será tolerada provocación alguna que suponga una amenaza a nuestras vidas y propiedades. Tales provocaciones serán enfrentadas con una reacción severa y fuerte».

Li fue blanco de severas crí­ticas después del ataque de artillerí­a de Corea del Norte por responder con demasiada lentitud y debilidad.

El ataque, cerca de la disputada frontera marí­tima occidental fue el primero que Corea del Norte lanza contra una zona civil desde la Guerra de Corea, que se libró de 1950 a 1953.

Posteriormente su gobierno reemplazó al secretario de Defensa, fortaleció la seguridad y envió tropas y armas adicionales a Yeonpyeong, que se encuentra a sólo 11 kilómetros (siete millas) de las costas norcoreanas.

Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre, Estados Unidos «regresó al restirador para diseñar nuevas estrategias nacionales y de seguridad, debido a que la seguridad de su población estaba amenazada», dijo Li.

«El bombardeo contra la isla de Yeonpyeong también supuso una oportunidad para exhibir la presteza de nuestra seguridad y revisar nuestra postura de defensa», dijo. «No debe demorarse la adopción de medidas de seguridad».

A pesar del tono severo de su discurso, Li afirmó por otra parte que la paz todaví­a es posible entre las dos coreas. «La puerta del diálogo continúa abierta», apuntó.

Cuatro surcoreanos, incluyendo dos civiles, perdieron la vida en el ataque efectuado por Pyongyang después de que advirtiera a Seúl que no efectuara ejercicios militares en la zona.

Corea del Norte no reconoce las fronteras marí­timas trazadas por las Naciones Unidas en 1953 y considera que las aguas que rodean la isla son propiedad suya. La pení­nsula de Corea continúa técnicamente en estado de guerra porque el conflicto concluyó en una tregua, no en un tratado de paz.