Veintiuno de noviembre de mil novecientos cuarenta y ocho, a las once en punto de la mañana, el Excelentísimo y Reverendísimo Monseñor Mariano Rosell y Arellano bendecía y ofrecía la Sagrada Eucaristía de nuestra boda. Lilian Ruby de 19 y yo de 25 años nos juramos ante el Señor de la Capilla el amor que hoy arriba a los 62 años de matrimonio bendecidos con la presencia de nuestros siete hijos, 15 nietos y 2 bisnietos.
En el atrio de la Capilla nos rindió honores, formando una valla, un pelotón de Caballeros Cadetes de la gloriosa y hoy Centenaria Escuela Politécnica, que con espadines cruzados saludaba a su ex Sargento Primero Brigada de la Compañía de Cadetes y su novia Lilian Ruby. En el interior del templo otra valla del Colegio «San Sebastián» despedía con honores a su maestra que por tres años, primero, segundo y tercero de primaria había compartido con ellos, precisamente porque al terminar el primer año, los padres de estos niños pidieron a la señorita Josefina Alonso, Directora del Colegio que pasara con ellos a segundo, y después a tercero hasta que su novio el Subteniente Abundio Maldonado pidió su mano y tuvo la Seño Lily, como le decían sus alumnos, que la querían y admiraban tanto, que escoger entre el cuarto año de maestra con sus alumnos o convertirse en la señora de Maldonado.
La boda civil y la recepción ofrecida por mis padres fue en el entonces «Casino Militar», del que yo era Secretario de la Junta Directiva, en la 11 calle y 5ta. avenida de la zona 1, donde recibimos los primeros parabienes de nuestros amigos civiles y militares. Lilian Ruby lució esa noche esplendorosa y aún recuerdo las felicitaciones de mis compañeros militares, por tener una novia tan bonita pero sobre todo, me decían, sencilla, atenta y agradable.
Después de la ceremonia religiosa mis suegros ofrecieron una recepción en el «Salón de Cristal» del «Hotel Victoria» el de moda, cuyo edificio ocupa hoy el Hospital del IGSS en la zona 9. Realzó la presencia de los Triunviros y sus esposas: Ciudadano Jorge Toriello, Ministro de Hacienda, y doña Leonor, Coronel Francisco Javier Arana Castro, Jefe de las Fuerzas Armadas y doña Dora Amalia, Coronel Jacobo Arbenz, Ministro de la Defensa Nacional, y doña María. Además nuestros padrinos de honor: Coronel Víctor M. Sandoval, Director General de la Guardia Civil y doña Blanca, doctor Julio Roberto Herrera Solís, Ministro de Salud y doña Martita, don Carlos Lara y su esposa doña Nena. Obviamente, un nutrido grupo de amigos civiles, militares y nuestras familias. Al terminar la fiesta nupcial emprendimos camino para la bella Antigua, alojándonos en el Hotel «El Rancho Nimajai». Continuamos hacia el «Mayan Inn» de Chichicastenango y luego al «Hotel Zaculeu» de Huehuetenango.
Y aquí vino el inesperado final de una fascinante luna de miel. Caminábamos por el parque de Huehue cuando se me acercó el comandante del Destacamento Militar y me dijo: lea este mensaje Subteniente Maldonado. Era una orden superior que cancelaba francos, licencias y vacaciones del personal militar en toda la República y ordenaba presentarse inmediatamente a su destino. Como usted esta de alta en el Estado Mayor Presidencial le ordeno salir mañana de madrugada y presentarse a Casa Presidencial.
Madrugamos con Lilian Ruby en nuestro viejo «Pontiac» y por San Antonio Suchi nos cayó el aguacero con la tormenta más estruendosa que hemos vivido. El Comandante de Huehue no conocía la razón o el motivo de tan terminante ordenanza, y vino a mi imaginación una serie de conjeturas que clarifiqué al llegar a Casa Presidencial donde noté que todo era tranquilidad. Me presenté al Jefe de Servicio, Mayor Pedro Meyer Aragón por cierto un oficial de altos quilates, quien al verme me dijo: y usted Maldonado que está haciendo aquí si después de esa gran boda a la que asistí con mi esposa tiene la licencia para su luna de miel. Le di parte del telegrama que me leyó el Jefe Militar de Huehue y me dijo que no le hubiera hecho caso. Pero qué pasa mi Mayor Meyer que se dio esa circular tan terminante. Me respondió: váyase a su casa y siga gozando de su franco y de su luna de miel. Gracias mi Mayor le dije pero excuse, a qué se debió ese mensaje. Respuesta: puras babosadas, cayó Rómulo Betancourt en Venezuela, lo botaron los generales, aquí se asustaron y ordenaron esa terminante directiva que a usted «le jodió» su luna de miel.
Gracias Lilian Ruby, eres una mujer excelsa y ambos tenemos la bendición de Dios y de su Santísima Madre, la Inmaculada Virgen María, de habernos permitido formar una familia digna, honrada, humilde y fuerte. Juventud: ¡sigan nuestro ejemplo!