Servicios públicos mercantilistas


Se les pasó la mano a nuestras autoridades. Hoy en dí­a no hay ciudadano que no se queje porque la administración pública se haya tornado a más de lenta, dificultosa y de pésima calidad, corrupta y mercantilista. Los funcionarios dejaron de ser servidores públicos, prestos a servir a la comunidad como natural retribución a los impuestos, tasas y contribuciones que pagan, para tornarse en mercaderes. No cabe consideración alguna para los contribuyentes por su edad, sexo, ocupación, posición social y mucho menos explicaciones a quienes se deben. Son tan antojadizas y unilaterales sus disposiciones, que al funcionario le importa un pito si se enmarcan dentro de la ley, si hay capacidad de pago, si provocan daños o perjuicios o si le tornan la vida imposible.

Francisco Cáceres Barrios

Como es sabido por todos, el Boleto de Ornato Municipal, de conformidad con la ley, debe pagarse conforme a una tabla calculada sobre el monto de los ingresos del sujeto, sin embargo, a los mercantilistas alcaldes se les sube tanto el humo a la cabeza que hacen micos y pericos para percibir la mayor cantidad de dinero posible tomando artificiosas disposiciones como, poner a la venta solo boletos con valor de Q15, cuando en aplicación correcta de la Ley solo le corresponda pagar Q4 y, si en atención a la edad del contribuyente se le exonera del mismo, tampoco importa, se le obliga a contribuir, usando chantajes como el que si no exhibe el documento, no puede consumar su gestión. No pasa el dí­a sin que a alguna entidad del Estado se le ocurra cambiar y cobrar más hasta por el más insignificante servicio público. De ejemplo está la antojadiza disposición de la Policí­a Nacional Civil que para obtener la Constancia de Antecedentes Policí­acos en vez de pagar Q5 se triplica su valor a Q15 y creyendo que los que requieren de tal documento vienen de arriar pijijes, se aduce que ahora se emitirán bajo sofisticados procedimientos informáticos, como que el pago se efectuará en algunos bancos del sistema y que en vez de darle una sola boleta se le entregarán dos al solicitante. Por si a usted, estimado lector se le ocurre argumentar que eso es una barbaridad porque en la gran mayorí­a de casos dichos documentos son requeridos por empresas o entidades para tramitar las llamadas solicitudes de empleo, asunto muy importante en la crí­tica situación por la que está atravesando el paí­s, mejor no lo haga, porque podrá recibir del empleado una grosera respuesta, como la de «ese es su problema y no el mí­o». Ha llegado a tal punto este mercantilismo y corrupción, que en los centros de salud del interior de la República cobran por el turno que se asigna a los pacientes para ser atendidos, por lo que no estamos lejos que también se haga para los servicios de emergencia. ¿Hasta cuándo Dios mí­o?