La tradición dicta que un púgil comienza joven, lo mejor a los 18 años, para que el público reconozca su nombre. Pero ése no es el sendero que siguió el argentino Sergio Martínez para convertirse en monarca de los medianos.
Quizás por eso sea tan difícil identificar al actual campeón.
Además, el carismático Martínez tiene un rostro que parecería más bien propio de un anuncio publicitario del diseñador de modas Giorgio Armani %u2014al menos cuando no presenta las heridas de alguna pelea reciente_.
Es correcto y respetuoso al hablar, y tiene una actitud relajada.
Pero el púgil sudamericano, considerado uno de los mejores del mundo, sólo se ha dejado ver en Estados Unidos en unas pocas ocasiones, incluido el combate realizado este año, cuando fulminó a Kelly Pavkik para apoderarse del cetro de las 160 libras.
Así, pese a un estilo espectacular que le ha brindado al boxeo algunas de sus mejores peleas en fechas recientes, Martínez sigue siendo prácticamente un desconocido en Estados Unidos, salvo para los aficionados más fervientes del boxeo.
«Sólo mírenlo», suele destacar el promotor Lou DiBella. «Debería ser una estrella de cine».
Martínez espera una actuación que le dé mayor fama el sábado por la noche, cuando enfrentará a Paul Williams en el Boardwalk Hall de Atlantic City.
Es una revancha del combate que sostuvieron en diciembre pasado. En aquella ocasión ambos visitaron la lona en el primer asalto e intercambiaron puñetazos en el resto de la contienda, considerada candidata a la mejor del año.
Williams, tres veces campeón, terminó ganando por un fallo controversial y dividido.
Aquel combate se efectuó en el salón más pequeño, frente al muelle. La nueva pelea se realizará en la sede principal, una muestra de que el mundo comienza a tomar en cuenta al argentino.
«Veo a dos chicos, Paul y Sergio, quienes pueden gritar a los cuatro vientos que son tan buenos como el mejor boxeador del mundo, porque nadie ha querido dar la oportunidad de que se demuestre lo contrario», dijo DiBella, en referencia a Manny Pacquiao y Floyd Mayweather Jr., quienes no han querido subirse al cuadrilátero con Williams y Martínez.
«En realidad, esto es una batalla que busca decidir temporalmente quién es el tercero», agregó. «Y quizás alguna vez reciban la oportunidad dejar claro que son los mejores boxeadores del mundo, libra por libra».
Martínez llegó al boxeo relativamente tarde, a los 22 años, y le gusta decir que es un joven de 35. La primera vez que peleó fuera de su país, fue vencido en siete asaltos por el mexicano Antonio Margarito, ex campeón welter, quien fue vencido el fin de semana pasado por Pacquiao.
Regresó pronto a Argentina y ganó antes de mudarse a España y a la categoría superwelter. Siguió peleando en pequeños inmuebles de Europa hasta que su destino se cruzó con el del respetado manager Sampson Lewkowicz. Con la ayuda de DiBella, buscaron fortuna en Estados Unidos hace dos años e intentaron llegar a la cima del boxeo.
Aunque Mayweather ha peleado en las 154 libras y Pacquiao ganó recién un título en esa división, DiBella considera que hay pocas oportunidades de que cualquiera enfrente a Martínez, quien ha pasado buena parte de su carrera como superwelter.
Esa es una de las razones por las que él volverá al cuadrilátero con Williams, y por qué la discusión del miércoles se centró en la posibilidad de un tercer enfrentamiento sin importar lo que ocurra en la revancha.
«Sólo participaré en peleas importantes, y definitivamente Paul Williams será importante en el futuro», dijo Martínez. «Así que pelearé contra él cuando quiera».