Esperó 11 años para volver a conquistar el título en Roland Garros, un torneo que se le resistía como ningún otro del Grand Slam. Hoy, con 16 trofeos de los grandes, a uno de los 17 del suizo Roger Federer, la estadounidense Serena Williams tiene algo bien claro: odia perder.
París / Agencia dpa
«Odio perder incluso más de lo que amo ganar», dijo la número uno del mundo en una entrevista con un grupo reducido de medios, entre ellos la agencia dpa, tras el 6-4 y 6-4 sobre la rusa María Sharapova.
Pregunta: Su entrenador acaba de decir que está en condiciones de alcanzar y superar los 22 títulos de Grand Slam de Steffi Graf. ¿Coincide?
Serena Williams: Esos son sus objetivos, los míos tengo que decir que son otros, llegar a los 17. Y si llego a eso, quizás llego a los 18.
Pregunta: Con 17 títulos igualaría a Roger Federer.
Williams: ¡Eso sería increíble! Es divertido, hoy pensaba que Roger tenía 16 títulos de Grand Slam, ¡¡pero tiene 17!! Pensé: «Uffff, Roger, ¿tienes que ganar tantos?» Quién sabe si puedo hacerlo, iré paso a paso.
Pregunta: ¿Cree que jugadores del nivel de Federer, usted y otros ganadores de muchos Grand Slam luchan a esta altura incluso más por su lugar en la historia que por los torneos?
Williams: Yo creo que él también lucha por sus torneos, no creo que ningún jugador salga a decir «quiero estar en los libros de historia» en vez de salir a ganar el torneo. Pero es mi punto de vista, puedo estar equivocada.
Pregunta: En todo caso, tiene la posibilidad dentro de un mes en Wimbledon de igualar a Federer, a no ser que él también gane el torneo.
Williams: Sería increíble hacerlo en Wimbledon. Estoy muy orgullosa de todo lo que estoy haciendo, ¡y alcanzar a Roger Federer…! Sería… ¡Uauh!
Pregunta: París, una ciudad en la que pasa más tiempo que nunca antes, fue el escenario también del primero de sus 52 títulos de la WTA. ¿Es comparable?
Williams: Cuando gané mi primer título, que recuerdo que fue muy complicado, un 7-6 en el tercero… Honestamente estaba tan feliz, ¡tan feliz! Siempre había soñado con ganar mi primer título de la WTA. Claro que es más importante ganar un Grand Slam, pero fueron dos grandes momentos para mí.
Pregunta: Cerró el partido de hoy con tres aces, pero por momentos parecía superada por las circunstancias.
Williams: En el último juego estaba tan nerviosa, tan nerviosa, que pensé que no sería capaz de pegar golpes de fondo. No es broma: el único golpe de fondo que pegué se fue como 30 metros afuera. Así que me dije «Serena, tienes que lograr aces». Estaba tan nerviosa que apenas podía jugar. Me dije: «Serena, puedes jugar taaaaanto mejor de lo que lo estás haciendo…». Y eso me mantuvo en el partido, saber que podía mejorar. Estaba tan nerviosa hoy que no podía ni decir ‘vamos’. Me di cuenta de que si lo decía, me cansaba. Así que me dije, cuanto menos ruido haga, menos me cansaré. A veces hago mucho ruido…
Pregunta: ¿Es mejorar una motivación aún cuando se tienen 31 años y más de media vida en el tenis?
Williams: El día que no sienta que mejoro será un problema, deberé ver si sigo jugando.
Pregunta: ¿Es la decepción, el fallar, también una motivación?
Williams: Nunca pensé que ganaría lo que estoy ganando, siempre que salgo a la cancha, salgo a ganar, así que quizás no debería estar tan sorprendida. Pero es que todos salen a ganar, no sólo yo. El evitar fallar, las decepciones, es el factor más importante para mí. Si pierdo me hundo. Me voy a casa, entreno más duro, hago más. No me gusta perder. Creo que odio más perder de lo que amo ganar. Puede ser hasta jugando a las cartas: no me gusta perder, no me gusta nada. Pero sucede en el deporte, puedes perder, no se gana siempre.
Pregunta: Dijo hoy que en París se siente más cerca de ser usted que en ninguna otra parte. ¿Eso incluye Estados Unidos?
Williams: ¡Oh, no! Definitivamente soy la persona más estadounidense que puedas ver. En Francia me dicen «¡eres taaaan norteamericana!». Me reconocen, me señalan a cien metros y dicen, «ahí está la norteamericana». Estoy muy cómoda en casa, de hecho amo Palm Beach, no veo la hora de volver, la extraño.
Pregunta: Pero París, con su entrenador aquí y su vida personal es importante como nunca antes para usted, ¿no?
Williams: Me gusta venir aquí, una ciudad tan hermosa. Veo la Torre Eiffel todos los días al volver a casa, y es impresionante, porque (antes) la veía en televisión.
Vuelve a coronarse en París
Once años después de su primer triunfo, la estadounidense Serena Williams cerró el círculo al ganar su segundo Roland Garros gracias a su victoria por 6-4 y 6-4 sobre la defensora del título, la rusa Maria Sharapova.
La número uno del tenis, que sumó además su decimosexto título de Grand Slam, levantó su primera Copa Suzanne Lenglen en 2002. Ninguna jugadora antes había tardado tanto tiempo en repetir éxito sobre la arcilla del torneo parisino.
Williams, de 31 años, se embolsará 1,5 millones de euros por su triunfo, mientras que Sharapova, que perdió la cuarta de sus ocho finales de Grand Slam, tendrá que conformarse con 750.000.
La rusa había logrado en 2012 meterse en el selecto grupo de las tenistas que levantaron el trofeo de ganadora en los cuatro torneos grandes.
Williams, que suma 30 victorias seguidas, era la clara favorita al título hoy en un ventoso pero soleado París, donde la temperatura estuvo en torno a los 24 grados.
La estadounidense tiene un balance positivo de 14-2 ante la rusa de 26 años, a la que además ha derrotado en las 13 últimas ocasiones en las que se han enfrentado. La última victoria de Sharapova se remonta a 2004.
«Fue un partido muy difícil, estaba muy nerviosa», dijo Williams en un correcto francés tras su victoria en la cancha Philippe Chatrier.
«Ganar es increíble. Volveré seguro el año que viene», añadió la norteamericana, que ganó con un ace después de una hora y 45 minutos de juego. «Después de 11 años es increíble ganar otra vez. Estoy muy emocionada».
«Hace diez años dije que volvería a estar aquí con el trofeo de Roland Garros y que hablaría francés. Ahora es una realidad. Gracias a mi padre, que no está aquí. Gracias a mi madre. Oh, mi madre no me entiende», bromeó Williams, la campeona más vieja en París, para regocijo del público local.
La final de hoy fue la primera que disputaban la número uno y dos del mundo desde que las belgas Justine Henin y Kim Clijsters se enfrentaran en 2004.
No obstante, el partido volvió a decidirse en dos sets, algo que sucede en las finales femeninas desde 2001, cuando la estadounidense Jennifer Capriati necesitó del tercer parcial para derrotar a Clijsters.
«Ella jugó un gran partido», dijo Sharapova. «Jugó fuerte y profundo, y sirvió realmente bien. Sacó mejor de lo que lo hice yo», explicó.
«Pero hay que mirar hacia delante. No importa cuántes veces pierdo contra una jugadora o en qué situación estuve, o cómo terminó. Hay que seguir», añadió la rusa.
«Por supuesto, creo que me gané estar en la final. Planteé pelea. Pero no fue suficiente», dijo la número dos del ranking.
Sharapova tuvo un prometedor inicio al salvar cuatro break-points en el primer juego y adelantarse luego 2-0 en el segundo. Pero luego Williams recuperó la desventaja y ganó cuatro games seguidos.
La rusa estaba lejos de dejarse ganar e igualó el marcador 4-4. Sin embargo, la norteamericana siempre pone una marcha más en los momentos clave y volvió a romper el servicio de su rival para poner el 5-4 y sellar luego el primer set con su servicio en 51 minutos.
El guión pareció repetirse en el segundo parcial. Sharapova mantuvo su saque en el primer juego tras salvar cinco bolas de rotura, pero luego cedió el servicio en el tercero y ya nunca pudo recuperar la desventaja.