Serena Williams busca su 14º. major


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Alguna vez, Serena Williams sufrió crí­ticas por no tomarse el tenis en serio. Por elegir dónde jugar y cuándo dedicar el 100%, por no dedicarse de lleno al deporte y tomarse el tiempo para actuar, diseñar ropa y otras actividades.

Por HOWARD FENDRICH NUEVA YORK / Agencia AP

Al parecer, ella sabí­a muy bien lo que hací­a, porque dentro de la cancha las cosas han salido bastante bien. Tras casi un año sin jugar por diversos problemas de salud, Williams está de nuevo en su mejor nivel y mezclada entre las mejores del mundo.

El Abierto de Estados Unidos, que comienza el lunes si el huracán Irene lo permite, será su oportunidad de demostrarlo.

«Estoy aquí­ para jugar un partido y el siguiente y, con suerte, llegar a siete victorias», dijo Williams. «Para eso vine».

Williams, de 29 años, tiene más majors que ninguna otra jugadora activa, con 13 tí­tulos, y está sexta en la historia. Ganó el US Open en 1999, 2002 y 2008.

Pero la estadounidense se perdió el torneo pasado en Flushing Meadows durante una larga ausencia. Se sometió a dos operaciones en un pie tras cortarse con vidrios en un restaurante en julio de 2010, sufrió coágulos en los pulmones y luego otro bajo la piel del abdomen.

Sin embargo, desde que volvió a jugar en junio, acumula una foja de 16-2, lo que la convierte —junto con la rusa Maria Sharapova, ganadora de tres majors— en candidata a llevarse el torneo.

Entre los hombres, la atención cae como siempre en el trí­o de arriba: el serbio Novak Djokovic, el español Rafael Nadal y el suizo Roger Federer, que se han llevado 25 de los últimos 26 grand slams. La única excepción fue el argentino Juan Martí­n Del Potro, que ganó en Flushing Meadows en 2009.

Djokovic, el nuevo número uno del mundo, vive una de las temporadas más admirables de la historia del tenis: una marca de 57-2 con nueve tí­tulos, incluidos Wimbledon y el Abierto de Australia.

Williams ha mostrado en su regreso una renovada dedicación al ejercicio y aquellos saques y sobrepiques potentes de siempre. Así­ ganó este mes los torneos de Stanford y Toronto, de canchas duras igual que en Nueva York. Fueron sus primeros tí­tulos consecutivos desde 2008.

«Se dedicó, practicó, ganó dos torneos. Es increí­ble», dijo la ganadora de 18 majors, Chris Evert. «No quiero subestimar al resto de las jugadoras, pero demuestra que, cuando está sana, está de nuevo por encima de todas las demás».

Evert estuvo entre quienes dudaron de la disciplina de Williams, sobre lo que llegó a escribir una carta abierta en la revista Tennis en 2006. En esa época, Williams se presentó a solo siete de doce torneos mayores y ganó uno.

«He estado pensando en tu carrera y hay algo que me preocupa», escribió Evert. «En el corto plazo podrás estar feliz con las cosas que suceden en tu vida, pero me pregunto si dentro de veinte años pensarás en tu carrera y lamentarás no poner el 100% en el tenis. Porque, lo admitas o no, estas distracciones están manchando tu legado».

Desde el inicio de la temporada 2007, Williams ganó seis de sus majors sin dejar de cultivar otras actividades y hacer crecer su celebridad más allá del deporte.

«Sí­, ella rió último… Es una mujer que vive su vida al máximo, que tiene muchas dimensiones. Así­ que ha entrado y salido (del tenis)», dijo Evert, comentarista del Abierto para ESPN2. «Aun así­, cuando se metió en el tenis, se comprometió y fue la número uno».

Claro que el mes pasado, Williams estaba en el puesto 175 del ranking luego de tanto tiempo sin jugar. Ya regresó hasta los primeros treinta lugares y el Abierto la designó 28va cabeza de serie.

Muchos observadores criticaron esa decisión porque esperaban una preclasificación más alta. Williams, sin embargo, no se mostró preocupada.

«No sé por qué se enoja tanto la gente», dijo la tenista a The Associated Press. «Mi meta era sólo tener una cabeza de serie y lo logré, así­ que está bien».

Su hermana mayor Venus, que ganó el Abierto en 2000 y 2001 y cinco grand slams más, está en el puesto 36 del ranking y no tiene preclasificación. Esta temporada, no jugó durante cuatro meses por una lesión de cadera y luego de Wimbledon volvió a quedar afuera por un virus.

Venus, de 31, también ha estado en la cima del tenis y también se ha dedicado a otros intereses.

«Hicimos lo mejor para nosotras y funcionó», dijo Venus. «Serena y yo planeamos seguir jugando por bastantes años más. Todo ha salido bien».

«No creemos necesitar muchos partidos», agregó. «Así­ que, mentalmente, estamos preparadas para hacer lo que haga falta».