El conflicto armado interno dejó en el país una serie de consecuencias sociales que aún son perceptibles. La represión de los gobiernos militares de la época obligó a decenas de familias a dejarlo todo y viajar hacia otros países con tal de salvar sus vidas y las de sus hijos.
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A más de 20 años de aquel día de borrasca para miles de guatemaltecos, las familias que viajaron a diferentes países de Centro América y posteriormente fueron refugiados en Bolivia, se encuentran en Guatemala en situaciones precarias que no les permiten desarrollarse.
El primero de abril pasado 157 personas; entre adultos, jóvenes y niños, retornaron de Bolivia como un proceso único enmarcado en un acuerdo del actual gobierno para atender las recomendaciones de la Comisión Para el Esclarecimiento Histórico, emanada de los Acuerdos de Paz. Las familias fueron agrupadas y reconocidas en Guatemala desde 2003.
Condiciones:
«El gobierno compró un polígono de una finca ubicada en Livingston, Izabal», explicó Raúl Nájera, Centro Padre Hermógenes y la Comisión Nacional de Comunidades: «mide tres caballerías y media». A cada familia se le asignó un área de 30 por 30 metros, construida con block, piso de cemento y techo de lámina.
El área tiene, además, dos edificios escolares de tres aulas cada uno, un salón de usos múltiples y un centro de convergencia donde se prestará atención médica, a la cual también podrán tener acceso los miembros de otras comunidades como el Caserío el Porvenir, aldea San Fernando y la Comunidad Santa María. La escuela.donde sólo se impartirá primaria, también funcionará para varias comunidades. Además, se han diseñado siete proyectos productivos en el área agrícola, entre los que se encuentran proyectos de reforestación y siembra de rosa de jamaica.
Problemas
El principal problema que enfrentan los guatemaltecos que retornaron del país de Suramérica es la legalización, algunos, los que nacieron allá, necesitan solicitar la doble nacionalidad. El trámite ha llevado mucho tiempo y ha impedido, entre otras cosas, que los jóvenes que nacieron en Bolivia no puedan continuar sus estudios en el país.
Uno de los casos que existe actualmente, es el de dos personas que nacieron mientras sus progenitores se refugiaban en Honduras, estos son hijos de padres guatemaltecos y deben sacar su partida de nacimiento. También hay casos de personas de 80 años de edad que no recuerdan dónde y cuándo nacieron exactamente, por lo que ha sido difícil obtener el documento municipal de nacimiento para tramitar la cédula de vecindad en Livingston.
La documentación abarca otros temas, por ejemplo, no se han podidio implementar los proyectos productivos, porque falta completar algunos trámites jurídicos, los cuales no son posibles porque no existe una cooperativa jurídica, la cual es posible sólo si se cuenta con las cédulas de toda la comunidad; esto tampoco permite realizar desembolsos.
Familia desintegrada
Rosa Elvira Gutiérrez Benito estuvo refugiada en Bolivia durante 25 años, es guatemalteca y retornó con sus cuatro hijos nacidos en Bolivia. Actualmente Rosa Elvira no tiene trabajo y la situación en la que permanece no es menos precaria que la de Bolivia.
Para sobrevivir allá, ella y su esposo hacían préstamos de dinero con el que sembraban y cosechaban soya. El último año debido a las inundaciones provocadas por el río Piraí (Bolivia), perdieron su cosecha y solamente pagaron una parte de la deuda, lo cual impidió que su esposo viajara junto a ella y sus cuatro hijos hacia Guatemala. í‰ste debe saldar por completo la deuda que tiene en Bolivia, lo cual se le dificulta porque se encuentra desempleado en aquel país y no puede regresar con su familia. Cualquier persona que pueda dar un aporte económico a esta familia enviar un correo a: unacodhi@yahoo.com, ahí les darán información de cómo hacerlo.
La organización es un reto
Myrna Bojorques, directora de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de San Carlos de Guerréala, opina que los principales problemas que tiene la comunidad de retornados van desde: la vivienda, falta de identificación personal, educación, salud, entre otros. La entrevistada agregó que también enfrentan problemas desde el punto de vista jurídico y social.
Bojorques consideró que la organización es fundamental dentro de la comunidad, «para que ellos sean autores de su propio desarrollo».
Otro aspecto que resaltó la entrevistada es el relacionado a la situación socieconómica y moral de los miembros, ya que «tienen que ver cómo entran al mercado laboral» para satisfacer necesidades como educación, salud entre otros y así garantizar su completo bienestar.
Finalmente, la directora de Trabajo Social de la Usac comentó que es importante que los retornados tomen conciencia de que readecuarse al país «es un trabajo de equipo y que no sólo el gobierno debe darles el apoyo necesario, sino que ellos tienen que gestar su desarrollo».