Ser director educativo (I)


El 11 de octubre de 2006, el Ministerio de Educación por medio de su Viceministra Administrativa, anunció que creará la carrera de DIRECTOR DE ESCUELA (uso mayúsculas por la importancia y prestigio que deberí­a tener dicho puesto).

Raymond J. Wennier

En esta oportunidad vuelvo a insistir en las áreas que un Director tiene que dominar hoy dí­a para poder dirigir una institución educativa. Al respecto, el 5 de mayo de 2004, bajo el tí­tulo de «Concepto Director», envié mis sugerencias a la Señora Ministra.

La administración escolar se divide en dos áreas, distintas en su contenido pero í­ntimamente relacionadas al buen funcionamiento de la institución escolar; ellas son: ADMINISTRACIí“N ADMINISTRATIVA y ADMINISTRACIí“N EDUCATIVA. Una depende de la otra para que un excelente programa sea puesto en práctica en un ambiente logí­sticamente adecuado para su mayor provecho.

Crear una CARRERA es el rol de las universidades para satisfacer necesidades en temas avanzados postsecundaria y que están fuera de la competencia del MINEDUC. No obstante, quiero tratar las dos áreas en los siguientes ámbitos.

1. Conocer a los alumnos: Aquí­ tenemos que entrar al campo de la neurologí­a para saber cómo funciona el cerebro y en la práctica cómo aprende el ser humano. La educación no es sólo el arte de enseñar; tiene que basarse en las investigaciones cientí­ficas que nos muestran cuál es la mejor forma (múltiples opciones) de proveer experiencias ricas a los niños y adolescentes, de acuerdo a sus estilos más fuertes de percibir esas vivencias. Por lo tanto, no se puede tratar a todos los alumnos por igual, todo el tiempo. La personalización es en parte, reconocer que cada alumno tiene una inclinación hacia una o varias de las NUEVE íREAS DE INTELIGENCIA en particular y que trae consigo un bagaje de experiencias EMOCIONALES que hace a cada uno muy diferente del otro, inclusive a quienes tienen necesidades especiales.

Los estudios cientí­ficos de la neurologí­a nos enseñan que la metodologí­a de enseñanza que más se adecua a cómo funciona el cerebro y cómo aprende el ser humano, se puede resumir en seis palabras: ACTIVA, INTERACTIVA, PARTICIPATIVA, FORMATIVA, MULTISENSORIAL e INTEGRADORA. Obviamente la metodologí­a incluye cómo se aplica cada uno de esos términos en el manejo de grupos pequeños, medianos y grandes; eso se llama estrategias basadas en investigaciones cientí­ficas y que motivan a los niños y a los jóvenes para realmente aprender y no sólo a ser pasivos y con memoria superficial y fugaz.

2. LIDERAZGO: En artí­culos anteriores abordé este tema enfatizando dos aspectos, la COMUNICACIí“N y el LIDERAZGO UNIFICADOR. El Director tiene que poder explicar el porqué y para qué de todas las acciones educativas. Tiene que explicar cómo se ponen en prácticas todas las metodologí­as educativas y sus estrategias además de demostrar el cómo de cada aspecto. El Director tiene que ser un buen COMUNICADOR. Si no lo es, los maestros no van a comprender las razones detrás de las acciones educativas y el resultado será entonces que cada quien hace lo que quiere en vez de tener un liderazgo unificador- formar equipo- para trabajar hacia el logro de un aprendizaje exitoso por parte de los alumnos. El Director tiene que «enseñar el camino», dar el «norte» al que tiene que ir el EQUIPO para satisfacer los objetivos especí­ficos de un PLAN EDUCATIVO NACIONAL.

Las buenas comunicaciones expresan de manera entendible los propósitos, las metas, los procedimientos y permiten que surjan nuevas ideas de cómo mantenerse al dí­a en el campo educativo. Aquí­ quiero introducir otro aspecto de liderazgo, la ADMINISTRACIí“N DE ANTICIPACIí“N. Entre otras cosas, el Director tiene que PENSAR ANTICIPADAMENTE, VER venir los eventos fuera de lo normal, RESOLVER situaciones antes de que suceda una crisis y siempre estar UN PASO ADELANTE. Todo esto es parte de la ADMINISTRACIí“N ADMINISTRATIVA. Continuará