En los medios de información escrita salieron publicados los festejos para celebrar el aniversario del programa de Escuelas Abiertas del Consejo de Cohesión Social. Dicho programa, según la información publicada, funciona los sábados y domingos y «consiste en ofrecer al público en general talleres de música, baile, computación y teatro, entre otros temas».
La idea de escuelas abiertas viene de América del Sur y básicamente es una réplica de lo implementado en otro país. Ahora bien, como entiendo que está siendo manejado por el Ministerio de Educación y el encargado del programa es un notable pedagogo, el doctor Bienvenido Argueta, entonces es preciso aprovechar el momento para hacer de este programa uno totalmente guatemalteco ampliando las alternativas educativas en todo sentido, para la población más necesitada en el Siglo XXI y para en especial, disminuir con inteligencia la violencia en las áreas más vulnerables del país.
Esta ha sido una preocupación mía desde el momento en que escribí una carta al licenciado Juan José Rodil Peralta, cuando fungió como Ministro de Gobernación y le sugerí la implementación de muchas más áreas deportivas en cada zona de la capital para dar a los jóvenes la oportunidad de ocupar su tiempo de ocio en actividades positivas como los deportes. Sin embargo, no fue sino hasta en el gobierno pasado que volví a presentar de nuevo mi idea ampliada, a la Primera Dama doña Wendy de Berger, al Consejo Nacional de la Juventud y a Fonapaz, después de la investigación que hice en varias áreas rojas. Sé que se habilitaron varias canchas con buena iluminación durante la noche, en varias de esas áreas rojas de alta actividad delincuencial, entre ellas Santa Faz zona 18, Colonia Kennedy, Minerva zona 11, Zona 5, Santa Marta, Mixco. Dentro de mis sugerencias, dije que estas canchas iluminadas podían ser utilizadas en las noches por múltiples equipos de jóvenes de la comunidad que practicaran basquetbol, futbol de sala, voleibol y otros deportes que pudieran jugarse en esas canchas. En mi presentación enfaticé dos aspectos. El primero, que la comunidad tendría a su cargo el cuidado y manejo de las instalaciones deportivas. Sería la misma comunidad quien eligiera a los miembros del comité. Segundo, el Ministerio de Educación nombraría uno o dos profesores de educación física para trabajar en cada complejo deportivo, TODOS LOS DíAS Y TODAS LAS NOCHES para enseñar a los jóvenes cómo, desde pequeños, pueden ocupar su tiempo ocioso en una forma adecuada aprendiendo lectura, actividad física (poner en práctica lo leído), colaboración, comunicación (equipo), además de obtener la colaboración de los padres de familia para con estos grupos.
Darles atención a los jóvenes mediante la acción de adultos preparados para ayudarlos. El involucramiento de los padres de familia y de adultos responsables, refuerza la familia. Es aquí donde radica el genio de los pedagogos notables del Siglo XXI: crear algo especial para Guatemala; algo interesante, relevante, significante y pertinente.
La sociedad global, entre ella la guatemalteca, está preocupada por los problemas de la juventud, entre ellos la obesidad, el tiempo ocioso, drogas, violencia, bandas juveniles, desertores escolares y educación memorística del siglo pasado. ¿Qué podemos hacer para contribuir a remediar esta situación? En una entrevista al doctor Albert Bandera, publicada el domingo 19 de julio en elPeriódico, el psicólogo habló sobre la violencia en los países en los que la mayoría de su población es joven y tal es el caso de Guatemala. Dice que cuando la juventud no tiene educación y hay pobreza, es fácil que caigan en un comportamiento violento como su forma de vida. Como anillo al dedo ¿no? Dice él, que ver actuar a los demás violentamente, los torna más violentos. Suena familiar en Guatemala ¿no? El título del artículo decía «La violencia no se combate con castigos sino con educación».
Señora de Colom, las Escuelas Abiertas son un buen camino, pero es CUESTIí“N URGENTE, ampliar las alternativas de educación para los jóvenes que viven en las áreas más vulnerables, todos los días y parte de la noche. En este siglo la educación no necesariamente tiene que impartirse entre cuatro paredes, con más de cincuenta compañeros todos apretados en un aula, sin lugar para moverse, en el mismo horario y con el mismo calendario escolar en todo el país. La GRATUIDAD exige nuevas formas para educar cuando aún vemos aulas sobrepobladas y escuelas donde un maestro atiende tres grados. Hay que repensar cómo llegar a combatir la violencia por medio de la educación y las Escuelas Abiertas han de ser modeladas por pedagogos que asuman el liderazgo. Atentamente. www.rayeduca.info