Respetuosamente ante usted expongo: Soy uno de los estafados por los propietarios del Banco de Comercio, estoy seguro que en representación de los afectados, suplico a usted resolvernos este angustiante problema que ha dejado luto y enfermedad; en mi caso estoy dispuesto a aceptar el porcentaje que su gobierno, que dignamente dirige, pueda asignarme, pues ya ha transcurrido un año desde la estafa por negligencia y quizá complicidad de las autoridades monetarias y de la Superintendencia de Bancos.
En los títulos de ahorro a plazo fijo dice el nombre del Banco de Comercio y no de offshore, por tal motivo fuimos victimas de un infame engaño.
De conformidad con nuestra Constitución política el Estado es solidariamente responsable cuando se acusen daños y perjuicios a la ciudadanía por culpa de las autoridades encargadas de velar por la seguridad del ahorro, máxime cuando éste proviene de trabajo honrado durante muchos años.
Si usted resuelve este problema estará dejando un buen recuerdo.