Sencillez


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Existen definiciones de lo que la sencillez significa. Cuando nos referimos a una cualidad humana estamos diciendo que la persona no es compleja, que no proporciona dificultades, que no es ostentosa o vanidosa.

Dra. Ana Cristina Morales

 


Las personas sencillas son llanas,  poseedoras de manifestaciones espontáneas.  Pero al referirse a estas personas con falta de suntuosidad se da la confusión de que se está observando una caracterí­stica de pobreza y tal vez,  la más despreciada, la económica.

Sin embargo, la sencillez también suele ser vista como un valor humano.  De personas que poseedoras de fortaleza interna, quienes deslumbran a su alrededor con su personalidad encantadora.  Gente que percibimos que nos mueve a confiar en ella, que se asombra por los encantos que la vida nos da.

A la persona sencilla no la apabulla el dinero, la fama, las relaciones sociales, los apellidos rimbombantes. No se incomoda por no vestir ropa a la moda, no está pendiente de la marca y modelo de un carro.  No trata de lucirse ante los demás.

No busca acaparar la atención, sabe hablar pero también callar, acepta y tolera a los otros.  Es decir que evita ser crí­tica superficial y el chismorrear. Ella es ella,  como es, busca ví­nculos humanos con la finalidad de honrarlos y trascender de sí­  misma a través de esta acción. 

En la sencillez,  la persona se expresa con un lenguaje claro, no realiza alarde de sus logros y alcances. Busca la serenidad dentro de la vida y trata de no hacer conflictos para sí­ misma o para los demás.

Considero que vivir con sencillez nos hace proclives a una mejor salud mental y a vivir la vida con un sentido mejor fundamentado.  Sin embargo, cada vez se hace más difí­cil esta acción.  Ya que la sociedad  se ha ido alejando de lo humano y lo amoroso. Para dar mayor importancia a lo superficial, al poder y al dinero.

La persona sencilla no es prepotente, no lucha por posiciones de poder, sabe respetar a otras personas y así­ misma.  Por lo cual se trata bien, pero suele tratar bien a los demás y ante todo, no sabe de humillar. Pretende vivir con dignidad y ofrece dignidad a los otros.

Para concluir deseo citar una frase de Gabriel Garcí­a Márquez: “He aprendido  que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse”.