Senadores republicanos ocuparon el pleno del Senado para criticar hoy el proyecto de reforma migratoria por considerar que no garantiza debidamente la seguridad fronteriza antes de que 11 millones de inmigrantes sin documentos puedan iniciar su legalización.
El republicano por Alabama, Jeff Sessions, calificó al proyecto de ley como «errado» y expresó su «asombro» de que el grupo bipartidista de ocho senadores bipartidistas siguiera promoviéndolo.
Sessions habló en una sesión previa a la primera votación relacionada con el proyecto de ley migratoria, prevista para el martes por la tarde.
«El grupo de los ocho dice que este proyecto de ley resolverá todos los problemas, pero no lo hará. Dará amnistía a 11 millones de indocumentados», dijo Sessions, un acérrimo crítico de la reforma migratoria y quien presentó 49 de las 300 enmiendas que recibió la comisión judicial antes de aprobar el proyecto de ley elaborado por un grupo bipartidista de ocho senadores.
El senador republicano por Arizona Mike Lee coincidió con Sessions en criticar al proyecto de ley porque «debilita el estado de derecho» al permitir la legalización de personas que ingresaron a Estados Unidos violando sus leyes migratorias.
«Este no es el proyecto de ley apropiado para arreglar el sistema migratorio. Quiero debate y por eso no deberíamos proseguir con este proyecto de ley, que empeorará la situación», dijo Lee. «Esto no es reforma migratoria, esto es volver al gobierno federal más hipertrofiado y disfuncional».
El jefe de la bancada mayoritaria en el Senado, el demócrata por Nevada Harry Reid, dijo al abrir la sesión del viernes que se ha comprometido a «un proceso de enmiendas lo más abierto posible. Pero terminaremos esta legislación antes de que nos vayamos (al receso por) el 4 de julio».
Y su correligionario por Vermont, Patrick Leahy, expresó al hablar después de sus colegas republicanos que «esta es una medida que el Senado debe evaluar y aprobar. Debemos hacer lo que es correcto y justo».
«La reforma migratoria es un asunto económico importante, un asunto de derechos civiles y de justicia», agregó el presidente de la comisión judicial. «Si la mayoría de nosotros permanece unido y si permanecemos fieles a nuestros valores y acuerdos, creo que podemos aprobar legislación para escribir el próximo gran capítulo en la historia estadounidense de inmigración».
La sesión del viernes, que no incluirá votación alguna, ocurrió al día siguiente de que la mayoría republicana en la cámara baja rechazara la política del presidente Barack Obama de poner fin a la deportación de cientos de miles de inmigrantes que llegaron a Estados Unidos sin permiso cuando eran niños, poniendo en evidencia los obstáculos que enfrentará la iniciativa en ambas cámaras.
La votación fue calificada por la Casa Blanca como «contraria a los valores y principios de nuestro país» y por activistas como «antilatina».
Mientras que el Senado se apresta a debatir en su seno la semana próxima un proyecto de ley integral, un grupo bipartidista de siete representantes —en la cámara baja controlada por republicanos— aún no ha presentado su versión de una reforma integral pese a que negocia de manera interrumpida desde 2009 a puertas cerradas.
Pero el presidente de la comisión judicial, el republicano por Virginia Bob Goodlatte, ha presentado varios proyectos de ley por separado.
La Casa Blanca exhortó la víspera al presidente de la cámara baja, el republicano por Ohio John Boehner a abordar la reforma migratoria antes del receso veraniego previsto a partir del 2 de agosto.