Senadores estadounidenses que investigan las causas de la crisis económica mundial iniciada en 2008 interrogarán hoy a la dirección de Goldman Sachs, el gigante de las finanzas acusado de haber embolsado cientos de millones de dólares a costa de clientes embaucados.
Los senadores de la subcomisión permanente de investigaciones buscan explicaciones de las causas de la crisis de 2008 desencadenada en parte por una mala gestión de los activos inmobiliarios de riesgo (subprime).
La prestigiosa firma de Wall Street es objeto de una investigación de la SEC, el organismo que fiscaliza las actividades bursátiles, que la acusa de haber vendido a sus clientes a principios de 2007 productos vinculados a activos inmobiliarios de riesgo, sin informarles que el banco recibía recursos de fondos especulativos para montar una transacción que permitía a dichos fondos apostar contra esos mismos títulos.
Los senadores escucharán al presidente del banco, Lloyd Blankfein, a su director financiero, David Viniar, y a otros altos ejecutivos, entre ellos al francés Fabrice Tourre, en el centro de las acusaciones de fraude.
A casi seis meses de las elecciones legislativas de mitad de mandato y en pleno debate en el Congreso sobre la forma de poner fin a las «conductas de riesgo», de las grandes compañías de Wall Street, los responsables del banco pueden encontrarse frente a preguntas embarazosas.
El senador demócrata Carl Levin, presidente de la subcomisión, dio pistas el lunes sobre el tono que tendrá la audiencia cuando calificó a Goldman Sachs de «casa de juego» y de «alfombra rodante» que introdujo títulos tóxicos en la economía estadounidense.
Levin también acusó a la firma de hacer fortuna con transacciones dudosas en 2007 en detrimento de sus clientes.
En su intervención preparada por adelantado, Blankfein, por el contrario, aseguró que el banco no apostó contra el mercado inmobiliario ni contra sus clientes, y que perdió 1.200 millones de dólares con los títulos vinculados al mercado inmobiliario residencial.
«Estamos completamente en desacuerdo con la demanda de la SEC, pero reconozco también que mucha gente puede mal interpretar una transacción tan complicada» como la criticada por la SEC, indica Blankfein en su declaración.
«No apostamos masivamente contra el mercado inmobiliario y ciertamente no apostamos contra nuestros clientes», agregó Blankfein.
Por lo demás, Levin y la comisión intercambiaron el sábado mensajes electrónicos que involucraban a algunos de los más altos directivos de Goldman Sachs y mostraban que ese banco pudo embolsarse decenas de millones de dólares gracias a la caída del mercado de créditos inmobiliarios de riesgo.
Paralelamente, unos sesenta legisladores demócratas de la Cámara de Representantes pidieron el lunes a la SEC que amplíe sus investigaciones a otras 24 transacciones potencialmente fraudulentas de productos ultracomplejas vinculadas a créditos inmobiliarios de riesgo por parte de Goldman Sachs.
El amplio y popular proyecto de ley para poner freno a Wall Street y prevenir una crisis financiera como la de 2008 no pudo superar este lunes una moción para el inicio de los debates en el dividido Senado estadounidense, en medio de nuevas acusaciones de fraude bancario.
Los senadores votaron 57-41 en favor de abrir el debate, por lo que no alcanzaron los 60 votos necesarios para avanzar con la más ambiciosa reforma a las reglas financieras desde la Gran Depresión de los años 1930.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, votó en contra de la iniciativa por razones de procedimiento, lo que le permite volver a presentarla ante el recinto con sólo momentos de anticipación. La votación del lunes dejó el debate para otro día, pero no eliminó el proyecto de ley de reforma.
Poco después el presidente Barack Obama expresó su «profunda decepción» por el bloqueo republicano a un proyecto de ley que se ha vuelto prioritario para su gobierno, tras la aprobación de la reforma de la Salud.
Esto en la misma jornada en que los legisladores preguntaban a los principales ejecutivos del banco Goldman Sachs sobre acusaciones de fraude contra el gigante de inversiones de Wall Street.
El presidente del banco, Lloyd Blankfein, dijo en un texto sobre su intervención divulgado con anticipación, que Goldman Sachs no apostó contra el mercado inmobiliario ni contra sus clientes, perdiendo al contrario 1.200 millones de dólares en la crisis inmobiliaria y financiera.
Según el texto, el presidente de Goldman Sachs defiende la legalidad de las acciones del banco.
Antes, unos 60 congresistas demócratas de la Cámara de Representantes exhortaron en una carta a la SEC, regulador bursátil estadounidense, a ampliar la investigación por fraude contra el banco.
Todo el malestar producido por Goldman y otros grandes bancos ha resultado en que una encuesta de Washington Post/ABC revelara que los estadounidenses apoyan la implementación de reglas financieras más estrictas, por 65% contra 31%. El margen de error es de -3%.
Los aliados demócratas de Obama, con la mente puesta en las elecciones legislativas de noviembre, dijeron más temprano que la oposición republicana al proyecto es evidencia de que ese partido tiene vínculos con los grandes bancos responsabilizados por la crisis.
«Un Partido que apoya Wall Street es un Partido que está contra las familias y contra la equidad», dijo Reid.
Los republicanos, que firmaron una carta comprometiéndose a oponerse a la medida, afirman que quieren darle una oportunidad de lograr un compromiso a las negociaciones bipartidarias iniciadas hace un año.
El proyecto de ley apunta a implementar el más amplio paquete de nuevas normas sobre las finanzas, principalmente para enfrentar el problema de instituciones financieras cuyo colapso puede poner en riesgo la totalidad de la economía de Estados Unidos.
La iniciativa, impulsada por el demócrata Chris Dodd, de la comisión bancaria del Senado, marcará el camino para la disolución de las firmas «demasiado grandes para caer» con el fin de evitar los rescates con dinero de los contribuyentes que se llevaron a cabo a fines de 2008.
La propuesta -considerada menos profunda que una que fue aprobada por los Representantes el año pasado- también crea una agencia para proteger a los consumidores de procedimientos de préstamo oscuros y ajusta las normas del enorme mercado de los derivados.