Semillero de nacionalismo


Ya pasaron las celebraciones del 187 aniversario de nuestra Independencia Patria que estuvo llena de circunstancias especiales hace precisamente 187 años, como la fallida tentativa de unirnos al imperio mexicano de Uturbide, por su efí­mero imperialismo al que se opusieron los verdaderos Próceres, y digo los verdaderos, por que los que aparecen como tales, excluyendo unos pocos, los demás como se ha demostrado con documentos históricos, la utilizaron para sus propios intereses españolistas.

José Antonio Garcí­a Urrea

A propósito se me ocurre pensar en lo que pudo haber sucedido ese dí­a en el salón de sesiones ante la presión del pueblo exigiendo la declaratoria de Independencia, que se les pusieron las caras largas a los allí­ reunidos y más de alguno, supongo, «tuvo que salir -a volandas en busca de los excusados con tablas de varios hoyos, porque entonces, ni por asomo ya habí­a sanitarios como en le actualidad, pensando que esa multitud iba a entrar a sacarlos y lincharlos, como sucede en la actualidad en regiones del interior del paí­s, en donde los habitantes toman la justicia por sus propias manos al margen de la Ley. Pero en esos dí­as no se practicaban tales actitudes.

Retornando a esa estampa que da la impresión que esos señores en ese momento redactaron el Acta de Independencia, lo cual no es así­, debieran de ser cambiados, como digo, por los verdaderos próceres, incluso cambiar la placa del Obelisco, sustituyéndola por una que diga: «HONOR A LOS PROCERES ANí“NIMOS». Sin embargo, todo sucedió con tranquilidad, e incluso no hubo presencia policial ni militar, por lo que no se justifica que los alumnos de los colegios privados vistan uniforme a lo militar, que marchen al estilo de gastadores (de suelas) o con bandas de guerra.

Este año nuestra efemérides patria cobró gran esplendor, como hací­a varios años atrás no se miraba, incluso en el interior del paí­s en donde se exhibió trajes regionales (ojo Turismo), porque como atractivo turí­stico se muestra solo los bellos trajes mayas, pero con algo de curiosí­dad morbosa, como cuando el dictador Ubico mandó traer para «su feria» una familia de lacandones. Los trajes mayas deben exhibirse con orgullo porque casi son únicos.

Se me ocurre también que así­ como el presidente Colom mandó suprimir los uniformes en las escuelas públicas para respetar esos trajes, también debiera emitir un acuerdo presidencial en donde se prohí­ba usar ese vocablo de «indio» y se sustituya mediante 1ey por el de «maya». Lo de indio fue un equí­voco de Colón.

Retorno a lo del semillero de nuestra nacionalidad guatemalteca que se ha venido a menos por la transculturación y por la invasión de otras culturas, y eso va en contra de lo que dice nuestro bello Himno Nacional, «Si mañana tu suelo sagrado lo amenaza invasión extranjera», no hay tal amenaza, la invasión está consumada, no pues es fuerza que sea por las armas, sino por la acción y beneplácito de malos guatemaltecos que han permitido y patrocinado tal invasión.

En estos últimos tiempos, por fortuna, incluso, la iniciativa privada y medios de comunicación se han empeñado en rescatar nuestra nacionalidad, solo falta una actitud más agresiva en las autoridades a quienes corresponde para consumar ese rescate y darle seguimiento a ese semillero que se inicio este año. Porque reiterándolo, el 15 de Septiembre de 1821 es nuestra magna fecha.