Semana de la moda de Londres celebra sus 25 años bajo el látigo de la crisis


Desfiles menos extravagantes, fiestas más modestas y menos champán: la Semana de la Moda de Londres, que cumple 25 años, debutó el viernes bajo el impacto de la crisis, que obligó a algunos creadores a presentar sus colecciones otoño-invierno 2009 en maniquí­es de plástico.


Desfiles menos extravagantes, fiestas más modestas y menos champán: la Semana de la Moda de Londres, que cumple 25 años, debutó el viernes bajo el impacto de la crisis, que obligó a algunos creadores a presentar sus colecciones otoño-invierno 2009 en maniquí­es de plástico.

La fiesta de la moda londinense, que se celebra después de la de Nueva York y justo antes de las de Milán y Parí­s -las dos capitales de la alta costura-, se abrió con los desfiles de Paul Costelloe y Caroline Charles, dos de los creadores británicos más establecidos, que presentaron colecciones marcadas por colores otoñales como ocres, marrones dorados y ladrillo.

Otros diseñadores no podrán presentar este año sus colecciones en las pasarelas de Londres -que atraen en esta edición a unos 5 mil compradores, periodistas y celebridades- dada la gravedad de la recesión, que en el sector de la moda golpea sobre todo al pret-a-porter, no la alta costura.

«El costo de un desfile, que dura una decena de minutos, puede oscilar entre 25 mil a 40 mil libras como mí­nimo (36 mil a 58 mil dólares, 28 mil a 45 mil euros)», declaró el diseñador Duro Olowu al diario Daily Telegraph.

Al igual que algunos de sus colegas, entre ellos Maria Grachvogel -que viste a estrellas de Hollywood como Scarlett Johansson y Angelina Jolie- Olowu, elegido nuevo diseñador de 2005, optó por una modesta «presentación» para los compradores y periodistas, evitándose pagar las altas tarifas de las modelos internacionales y utilizando en su lugar maniquí­es de plástico.

«En el actual clima económico, creo que es el momento de concentrarse en la creatividad auténtica y no en la extravagancia superflua», declaró el diseñador, explicando que la recesión ha obligado a numerosos creadores a «reexaminar sus estrategias».

Por su parte, el presidente del Consejo Británico de la Moda (BFC), Harold Tillman, responsable de organizar la semana londinense -que tiene lugar en una gigantesca carpa contiguo al Museo de Historia Natural-, enfatizó la importancia de «la moda sostenible» como una manera de combatir la recesión y el cambio climático.

«La moda sostenible es el futuro», aseguró antes de la presentación de un desfile de Estethica, que reúne a creadores comprometidos con la ecologí­a y el desarrollo sostenible.

Otra señal de los difí­ciles tiempos que corren: muchas de las invitaciones a los desfiles, que antes solí­an caracterizarse por su originalidad, son modestas tarjetas o notificaciones por correo electrónico.

Sin embargo, la semana de Londres sigue siendo una fiesta llena de colores, tejidos, cortes extraños, modelos exóticas y celebridades.