Empieza hoy una de las semanas más decisivas en términos de la lucha contra la impunidad en el país porque la Comisión de Postulación para nominar a los candidatos a Fiscal General tiene que terminar su trabajo, si así puede llamársele a la serie de componendas, y presentar la nómina de seis profesionales para que el Presidente de la República designe a quien ha de dirigir el Ministerio Público. La responsabilidad histórica de los postuladores debiera asumirse con profundo sentido patriótico, pero no puede uno hacerse ilusiones porque se sabe lo que está en juego y la forma en que se comportan los poderes fácticos.
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Las comisiones de postulación fueron creadas para delegar en el mundo académico la selección de los principales operadores de justicia, pero el experimento fue un fracaso porque hasta se han creado universidades de garaje, para decirles de alguna manera, cuyo único objetivo es tener participación en esa instancia a efecto de permitir que el crimen organizado tenga voz y expresión en nombre de la supuesta academia. Por decir algo similar los postuladores querían mandar a la hoguera a la columnista Marielos Monzón quien simplemente señaló hechos concretos y verdades que son irrefutables, pero los postuladores se creen intocables y sienten que están por sobre las leyes que nos permiten a los ciudadanos hacer señalamientos en su contra porque desempeñan una función pública por delegación del Estado.
No quiero centrar mis argumentos en la persona de la doctora Claudia Paz y Paz porque creo que el tema es más conceptual y profundo. Ciertamente ella ha hecho un buen trabajo, aunque le he criticado que en el tema puntual de la corrupción como que ha tenido que honrar algún pacto con el gobierno anterior y el presente porque nada ha avanzado en ese crucial aspecto. Y la mejor prueba de que ha hecho algo bueno es la forma en que los que representan a favor de la impunidad la han emprendido en su contra con todo el vigor posible porque su actuación levantó demasiadas ronchas en la sensible epidermis de quienes quieren defender un sistema que no permite la aplicación correcta de la ley para ciertas personas que representan grupos comprometidos con violaciones de derechos humanos y el control del sistema de justicia del país para proveer seguridades tanto a quienes los violan como a los que se benefician con la corrupción sin castigo que campea por todo el país.
Es fundamental, sin duda, que el Ministerio Público siga por la senda que empezó a recorrer bajo la dirección de Paz y Paz, pero parece improbable que la comisión la incluya a ella porque sería poner en un brete al presidente Pérez Molina. Si ella está en la lista, el mandatario no tendría razones lógicas para no nombrarla ya que han trabajado conjuntamente de buena forma y además la comunidad internacional aprecia los logros de la doctora Paz y Paz. Por ello es que lo más fácil para las estructuras de poder que necesitan mantener la impunidad es eliminarla de una vez en la lista y a eso apunta el esfuerzo final según se ve de la presión de los grupos de poder a través de sus expresiones mediáticas.
Pero repito, lo que está en juego no es la elección de Paz y Paz, sino el futuro de la lucha contra la impunidad.