La selección rusa de hockey sobre hielo provocó hoy una enorme decepción en el país organizador de los Juegos Olímpicos de Sochi al quedar fuera de la lucha por las medallas.
Rusia, país donde el hockey es el deporte más seguido, cayó en los cuartos de final contra Finlandia por 3-1 y dijo adiós a su sueño de recuperar el oro olímpico, una medalla que se le escapa desde que ganara en Albertville 1992 bajo la bandera de Equipo Unificado tras la desintegración de la Unión Soviética.
Las caras de los jugadores abandonando el hielo del majestuoso Bolshoy daba buena cuenta de los que significa el hockey en Rusia. Las gradas, llenas de gente con banderas, se fueron vaciando lentamente tras el desastre. La frustración era palpable salvo en el pequeño grupo de aficionados finlandeses, cuyo equipo se medirá a Suecia por un lugar en la final del domingo.
El encuentro comenzó con euforia para los rusos. Ilya Kovaltshuk puso en ventaja al equipo liderado por Alexander Ovechkin a los ocho minutos. Sin embargo, pronto llegaría el primer susto.
Juhamatti Aaltonen igualó en el diez y el capitán finlandés, Teemu Selaenne adelantó a los «suomi» en el 18. La joven estrella Mikael Granlund aumentó la distancia en el 26 en un rápido y perfectamente ejecutado contraataque.
Finlandia revivió fantasmas pasados en Rusia. Cuando el país más grande del mundo organizó el mundial de hockey en 2007, los rusos cayeron en semifinales ante los finlandeses. Y un año antes, también cedieron ante el mismo rival en las semifinales olímpicas de Turín 2006. Sólo dos selecciones de hockey lograron ganar el oro delante de sus aficionados: Estados Unidos lo consiguió en Squaw Valley 1960 y en Lake Placid 1980, mientras que Canadá lo hizo en Vancouver 2010.
Es la segunda vez en la historia que Rusia se queda fuera de las semifinales del hockey sobre hielo en unos Juegos Olímpicos. En Vancouver terminó sexta, su peor resultado histórico. En Sochi, aún se podría empeorar. La extinta Unión Soviética es la selección que más oros logró en la historia del hockey sobre hielo olímpico: ocho de diez posibles entre 1956 y 1992. Desde entonces, se le atraganta el preciado metal a Rusia.