Tres presuntos insurgentes extranjeros y tres niños fueron muertos hoy en zonas tribales de Pakistán por misiles aparentemente disparados por la coalición liderada por Estados Unidos desde el vecino Afganistán, indicaron fuentes oficiales.
El ataque tuvo lugar horas antes de una entrevista entre el presidente estadounidense George W. Bush y el primer ministro pakistaní, Yusuf Raza Gilani, en la Casa Blanca.
«Seis personas murieron y otras tres resultaron heridas por tres misiles que alcanzaron una casa en Azam Warsak», una localidad situada en el distrito tribal de Waziristan del Sur, declaró un alto responsable de las fuerzas de seguridad.
«Entre los muertos figuran tres presuntos combatientes extranjeros y tres jóvenes muchachos», precisó.
Las autoridades pakistaníes indicaron que los misiles no fueron disparados por sus fuerzas, pero que aparentemente lo fueron por las fuerzas de la coalición bajo mando de Estados Unidos desplegadas del otro lado de la frontera, a unos 20 km al oeste de Azam Warsak.
«Esto lo hicieron las fuerzas de la coalición. No lo hicimos nosotros», declaró otro responsable de las fuerzas de seguridad paquistaníes.
Tres misiles cayeron en una casa cerca de una mezquita que según los habitantes pertenecía a un jefe tribal local, Malik Salat, y era frecuentada por personas árabes.
Los residentes afirmaron que oyeron el zumbido de un avión sin piloto que sobrevoló la zona antes y después del ataque.
Los militares estadounidenses disparan con regularidad misiles contra las zonas tribales paquistaníes desde que la coalición internacional expulsó a los talibanes del poder en Afganistán a finales de 2001.
Se cree que varios dirigentes de Al Qaida, incluido Osama Ben Laden, acusado de los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos, encontraron refugio en esta región.
El gobierno de Pakistán, aliado clave de Washigton en la «guerra contra el terrorismo», protestó recientemente contra la ola de ataques con misiles atribuidos a las fuerzas bajo mando de Estados Unidos que en los últimos meses mataron a docenas de civiles.
En junio, once militares paquistaníes fueron muertos y nueve heridos por un ataque de este tipo en el districto de Mohmand, provocando una fuerte protesta por parte de Islamabad.
Las autoridades, entre ellas el gobernador de la Provincia de la Frontera Noroeste, advirtieron que estos ataques están socavando el apoyo de la población al nuevo gobierno pakistaní que asumió en marzo.
Antes de su reunión con el primer ministro pakistaní, Bush afirmó estar «desconcertado» por los movimientos de extremistas de Pakistán a Afganistán y que lo discutiría con él.
El nuevo gobierno paquistaní entabló conversaciones con los talibanes poco después de asumir el poder tras la derrota de los partidarios del presidente Pervez Musharraf, respaldado por los Estados Unidos, en las elecciones de febrero.
Gilani y otros responsables pakistaníes advirtieron en las últimas semanas que Pakistán defendería su soberanía territorial ante rumores de una posible invasión estadounidense de las zonas tribales.