El millonario estadounidense Douglas Tompkins devenido ecologista, se da un plazo de 20 años para ganar la batalla que lo enfrenta a productores agrícolas de los esteros del Iberá (nordeste de Argentina), seguro de que la victoria llegará.
Pregunta: – Su proyecto de parque nacional en los Esteros del Iberá (1,3 millón de hectáreas en el nordeste argentino), genera la oposición de productores agrícolas locales que ven en esa iniciativa una amenaza para sus explotaciones y para la economía de la región. ¿Por qué?
Respuesta: – Esa gente no quiere cambiar sus hábitos. Tienen intereses económicos y una falsa idea de patriotismo. Mire de cerca cómo tratan sus propias tierras: es terrible. «Patrimonio de los correntinos» es uno de esos grupos reaccionarios que se dicen patriotas pero que se olvidan de cuidar a su país. Piensan que el individuo debe pasar antes y que el resto no interesa. Pensamos exactamente lo contrario: lo que es bueno para todos no puede más que ser bueno para el individuo. En Chile, también teníamos encima a los nacionalistas como los de «Patrimonio». ¿Pero qué dijeron cuando donamos tierras al Estado? Nunca más supimos de ellos.
P: – ¿Tiene pruebas de los daños ocasionados por estos agricultores en la región de los esteros del Iberá?
R: – Tengo una avioneta y millares de horas de vuelo en mi haber. Eso me da una visión global. La mayoría de esa gente se ocupa de sus parcelas sin ver más allá. Tienen la nariz en su ombligo. Sin embargo, la cría intensiva y el cultivo de arroz tienen un grave impacto sobre la provincia de Corrientes. La morfología de la región está cambiando. El simple sentido común dice que si se sigue abusando de estas tierras, las consecuencias no tardarán en hacerse sentir.
Hace falta terriblemente una visión de conjunto. Mire lo que ocurre con la cumbre de Copenhague (sobre cambio climático, del 7 al 18 de diciembre). Por un lado están «los países sobredesarrollados» y por el otro «los países en vías de sobredesarrollo». Dos idiotas que se pelean mientras el barco se hunde. Pensamos también de manera lineal, cuando la naturaleza no lo es. Creemos que hace falta mucho tiempo para que las cosas empeoren. Pero un día todo se derrumba. El agua que se calentaba lentamente, de repente se evapora. Es lo que está ocurriendo con el ecosistema y pocos lo entienden.
-P: En la provincia de Corrientes, usted se da 20 años para llegar a su objetivo. Sin embargo, desde su llegada, fue aprobada una ley que prohíbe a los extranjeros comprar tierras. La gente teme el pillaje de los recursos naturales y parece más interesada por la producción que por la conservación. ¿Cree que de todos modos va a lograrlo?
-R: Siempre es fácil acusar a otro de tener malas intenciones. Yo les pregunto: ¿cómo hago para robarme el agua? ¿cómo la transporto? Y me responden: por internet. ¡Pero si soy capaz de hacer eso, ya no necesito robarme el agua!. En realidad, no es difícil convencer a la gente. Es un proceso. Por ejemplo, donamos parques nacionales en Chile. Si uno hace este tipo de cosas, la gente se entera y uno termina venciendo.