La cuenta regresiva que apunta a la terminación del año parece empezar hoy, primero de julio. Iniciamos el segundo semestre y quizá sea el punto perfecto para evaluar qué hacemos y cómo funcionamos a la fecha. Es tiempo de ajustes para tomar nuevas medidas y encauzar nuestros viejos propósitos.
Podemos pensar si hemos sido tan perseverantes en nuestras resoluciones de inicio de año. Analizar si no es tiempo de volver al gimnasio, reiniciar la dieta o visitar al nutricionista. Ahora es tiempo perfecto para citarse con el dentista, hacerse un chequeo general o tomar precauciones para evitar males futuros.
Es posible que sea el momento justo para volver al amor primero. Imagino el retorno a las lecturas habituales, la permanencia prolongada con la familia, los paseos, la participación en actos de caridad, la visita a los amigos. Julio se presta para retomar la vida y avivar el deseo de ser feliz.
Puede ser prudente una vuelta al humanismo. La renuncia obsesiva a las páginas sociales, el esfuerzo equilibrado en el trabajo, la abstinencia del cigarro y las drogas, menos televisión. La lucha por ser más, pasa por la conversión de los malos hábitos. Más tiempo para la reflexión, mejor calidad en nuestras relaciones, perfeccionamiento continuo en la búsqueda de la verdad.
El sentido es que tenemos una sola vida y se nos pasa con prisa. Malgastamos el tiempo en bagatelas. Trabajamos como locos, nos apasionamos inútilmente y olvidamos que lo primordial es ser felices. Cultivamos nuestra propia tumba existencial por imbéciles, sea porque nadie nos enseñó el auténtico sentido de vivir, sea por nuestras limitaciones cerebrales.
Si a la fecha no somos dichosos, debemos preguntarnos qué nos lo impide. Hay que arar de nuevo en suelos mejores. Ya está visto que hay terrenos infértiles, inútiles y yermos. Hemos de invertir en lo que vale la pena y nos ofrezca mayores réditos. El tiempo pasa y no podemos permitirnos una vida desventurada. Julio es el mes para nuevos proyectos humanos.
Quizá sea el mes para volver a lo esencial: el amor a la pareja, los hijos y la amistad. Tiempo para una vida más espiritual. Época para pensar más en sí mismos. Hay que aprovechar que todavía es tiempo: hay energías, espacios, posibilidades. No todo está perdido. Mientras haya vida, hay esperanza.
Deseo que lo escrito ahora lo haga pensar y que sea este mes el tiempo oportuno para vivir diferente. Usted se lo merece, sus hijos, su pareja, sus amigos… a todos nos hace bien que usted sea feliz.