Los santuarios de Lourdes, donde la Virgen se apareció a una pastorcilla hace 150 años, es el segundo sitio católico más visitado del mundo después de Roma y este fin de semana recibirá al papa Benedicto XVI y a cientos de miles de peregrinos para la conmemoración.
Esta localidad francesa de 15 mil habitantes, a los pies de la cordillera de los Pirineos, acoge anualmente a unos seis millones de visitantes llegados de los cuatro rincones del planeta. Es igualmente la segunda ciudad hotelera de Francia, después de París, con 35 mil camas.
El récord de frecuentación va camino a ser superado este año, con unos ocho millones de peregrinos previstos, en ocasión del 150º aniversario de la aparición de la Virgen María a Bernadette Soubirous y de la visita del Sumo Pontífice.
El santuario mariano, propiedad de la Iglesia católica, se extiende por 52 hectáreas donde existen 22 lugares de culto y dos centros de acogida de enfermos.
Alrededor de la gruta de Massabielle, en la que Bernadette Soubirous vio aparecer a la Virgen María en 1858, se han construido tres basílicas: la Inmaculada Concepción (1871), Nuestra Señora del Rosario (1901) y San Pío X (1958), así como varias capillas e iglesias.
La explanada por la que desfilan las procesiones diarias, las piscinas en las que se sumergen los enfermos con la esperanza de sanarse, y las fuentes donde mana el agua de la Gruta, son también símbolo de los santuarios.