En el tema del proceso electoral procuro ser lo más objetivo posible, y de ahí que para escribir este artículo consulté con expertos en la materia, especialmente un politólogo de toda mi confianza, a fin de exponer con equidad las fortalezas y debilidades de los candidatos presidenciales Otto Pérez Molina y Manuel Baldizón, quienes probablemente serán los protagonistas de la casi segunda vuelta.
El postulado por el partido Lider ha registrado un crecimiento de intenciones de voto, según las recientes encuestas, desplazando al académico Eduardo Suger al tercer lugar, especialmente por sus ofrecimientos que sus adversarios califican de populistas, pero que atraen las simpatías de los asalariados, como el Bono 15, que tiene su fundamento y a la vez que favorecería a los empleados no afectaría a las empresas, en especial las pequeñas y medianas, como yo lo presumí inicialmente.
También beneficia a Baldizón el sentimiento antimilitarista que priva en numerosos sectores de la población, sobre todo por los señalamientos de genocida que constantemente se lanzan contra Pérez Molina.
El petenero cuenta con suficientes recursos humanos y financieros para afrontar la recta final, y captaría el voto de muchos simpatizantes de la ex Primera Dama, fuera de que el voto anti Sandra Torres se dispersó, y la ausencia de ella en la contienda, que era un objetivo importante del Partido Patriota, pierde consistencia para Pérez Molina y se debilitan sus críticas al Gobierno, todo lo cual supone que habrá un balotaje entre el abogado y el General.
Pero el candidato del PP muestra un sólido posicionamiento entre los electores, a causa de su severo discurso contra la inseguridad pública, que unido al fuerte apoyo financiero que ha obtenido lo respalda una amplia estructura partidista, con numerosos simpatizantes pagados o espontáneos y el reconocimiento de la población apolítica que ve a Pérez como el más fuerte opositor al presidente Colom.
Al sólido liderazgo del presidenciable, destacan otras dos figuras en la cúpula del PP, la candidata vicepresidencial Roxana Baldetti y el aspirante Alejandro Sinibaldi a la alcaldía capitalina, y entre quienes se registra una sorda pugna que podría causar debilidades en un Gobierno presidido por Pérez, si, como se pronostica, el alcalde Arzú es reelegido y Sinibaldi ocupa un cargo en el Ejecutivo.
La campaña electoral del aspirante del PP a la Alcaldía, cuyo financiamiento supera con creces el gasto sumado de más de tres o cuatro aspirantes presidenciales que van a la zaga, ha sustraído la atención de Pérez, como ha ocurrido con el apoyo a su hijo Otto Pérez Leal, quien, se presagia, no podrá arrebatarle el cargo al alcalde Amílcar Rivera en Mixco, al grado de que rehuyó sostener un debate entre ambos en Guatevisión el lunes anterior, a sabiendas que habría sido devorado por el actual jefe edilicio mixqueño, merced a la diferencia de su discurso coherente y su experiencia al frente de la comuna, frente a la visible debilidad argumentativa del junior.
Algunas encuestas señalan que Pérez Molina no sólo ya alcanzó su techo de popularidad sino que ha registrado un descenso (Siglo.21, 6 Sep.), mientras que Baldizón camina fortalecido hacia la segunda posición, apoyado involuntariamente por su adversario del PP al criticar la propuesta del Bono 15, que genera respaldo masivo.
Pese a esas debilidades de Pérez y las fortalezas de Baldizón, se percibe que el candidato del PP obtendría el triunfo en la segunda ronda, salvo imprevistos excepcionales, como un mayoritario rechazo al candidato militar de todas las corrientes populares.
(El aspirante a alcalde Romualdo Tishudo quien fue descalificado por ser analfabeta, contradijo al TSE al colocar en el frente de su casa este letrero: Ce dan klacez de hortografia).