El Banco Central Europeo (BCE), cuyo consejo de gobernadores se reúne este jueves, aplazó sus planes de recortar las tasas de interés a causa de los niveles récord de inflación en la Eurozona, estiman varios economistas.
Los 30 analistas consultados por la AFP y la agencia de informaciones financieras Thomson Financial News esperan que se mantenga un statu el jueves en la reunión de los gobernadores en Francfort.
La principal tasa directriz del BCE está fijada en 4% desde junio pasado, y quedaría en este nivel hasta el tercer trimestre del año, opina una corta mayoría de los analistas consultados (16 de 30).
El mes pasado, 25 de 30 analistas apostaban por un recorte de las tasas de la institución desde el segundo trimestre de 2008.
Al flexibilizar las condiciones del crédito, el BCE estimula el endeudamiento y las inversiones en la zona euro, y por ende el crecimiento, en momentos en que las perspectivas se oscurecen.
Esto fue lo que hizo la Reserva Federal estadounidense (Fed), que redujo en tres puntos su tasa directriz desde el estallido de la crisis financiera en julio pasado. Actualmente, la tasa directriz estadounidense es de 2,25%.
Si bien la zona euro evitaría una recesión como la que amenaza a Estados Unidos, su futuro tampoco es rosa. El Fondo Monetario Internacional (FMI) bajaría su previsión de crecimiento para la Eurozona en 2008 de 1,6% a 1,3%, a raíz de la crisis financiera.
La Comisión Europea también revisaría a la baja su previsión, actualmente de 1,8%, advirtió el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, aunque consideró al FMI demasiado pesimista.
Pero el BCE tiene otras prioridades. Como no se cansa de repetir su presidente, Jean-Claude Trichet, su primera misión es luchar contra la inflación, que se ha disparado desde hace varios meses.
El alza de los precios al consumo alcanzó un 3,5% anual en marzo a raíz del aumento de los precios de los alimentos y el petróleo, un récord desde la creación de la zona euro en 1999.
Trichet no es el único preocupado. Los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales de la Eurozona, reunidos el fin de semana pasado en Eslovenia, dieron la señal de alarma.
Las alzas de los precios inquietan también a los consumidores, al disminuir su poder adquisitivo, y los sindicatos reclaman aumentos salariales.
Pero para el BCE, los aumentos de sueldos no son la buena solución. «La moderación (salarial) es necesaria hoy si queremos garantizar la estabilidad de los precios a mediano plazo», insistió Trichet, que también viajó a Eslovenia.
El objetivo del BCE es tener una inflación ligeramente inferior a 2% a mediano plazo.
«El nivel elevado de los precios al consumo alimenta los temores de que la inflación siga aumentando y que haya efectos de segunda vuelta», es decir una espiral inflacionaria, comentó David Page, analista de Investec.
La mayoría de los analistas continúa apostando por una baja de las tasas de aquí a fin de año.
«Seguimos esperando, pase lo que pase, recortes de las tasas en el futuro para responder a un crecimiento económico más débil y a los riesgos financieros», indicó David Martin Heredero, del Grupo Santander, sin contar con que el euro permanece elevado frente al dólar, en torno a 1,57 dólares.
La tormenta financiera está lejos de haber terminado. «No diría que lo peor ha quedado atrás», sostuvo Trichet a fines de marzo. El ministro de Finanzas alemán, Peer Steinbrí¼ck, dio a entender la semana pasada que la economía de la zona euro podría seguir sufriendo la crisis en 2009.