Seis meses después de que los bombardeos israelíes contra Líbano provocaran el vaciado de miles de toneladas de petróleo al mar, el Mediterráneo sigue contaminado por el veneno negro, a pesar de las campañas de limpieza.
«Las lluvias y la marea baja revelaron nuevas zonas contaminadas», afirmó a la AFP Ahmad Kojok, de la asociación «Mar del Líbano».
En la playa soleada de Ramlet al Bayda de Beirut, baldes repletos de grandes bloques negros de fiul, arena y desperdicios, van pasando de mano en mano, a lo largo de una cadena humana que parte del mar, para ser vaciados por un voluntario en grandes sacos blancos impermeables.
«Es triste», murmura un pescador que trabaja para la asociación, pasando los dedos sobre decenas de conchas sumergidas en una masa viscosa.
Unas 15.000 toneladas de petróleo contaminaron las costas libanesas después de los ataques israelíes de mediados de julio contra los depósitos de la central eléctrica de Jiyeh, al sur de Beirut, durante la ofensiva del Estado hebreo contra el Hezbolá en Líbano del 12 de julio al 14 de agosto.
Desde entonces, organizaciones no gubernamentales y asociaciones libanesas e internacionales, en cooperación con el ministerio libanés de Medio Ambiente, libran un combate de largo aliento contra la marea negra.
Un informe reciente de la Comisión Europea indicó que «todo el petróleo líquido, en el mar y en los puertos, fue recuperado a fines de septiembre».
Si bien al puerto histórico de Byblos, al norte de la capital, volvieron los pescadores, y de nuevo se pueden ver sus piedras ocres milenarias, numerosas playas siguen afectadas por la contaminación , como Jiyeh y Ramlet al Bayda.
Desde los primeros días de la catástrofe ecológica, Greepeace había calificado la situación de «bomba de tiempo, que espera las tempestades del invierno para estallar y contaminar de nuevo las costas».
En seis días, «Mar del Líbano» acaba de llenar en Ramlet al Bayda 18 sacos de unas dos toneladas cada uno de una masa negra fétida.
«Hasta ahora, 1.100 m3 de petróleo líquido y 5.440 m3 de una mezcla de detritus, arena y piedras sucias han sido retirados», explicó Ghada Mitri, portavoz del ministerio del Medio Ambiente.
Rechazando comprometerse en una fecha precisa, Mitri dice «esperar» que la limpieza será completada «antes del verano».
El proyecto puede ser obtaculizado por varios hechos, uno de ellos de envergadura como es la dimisión del ministro de Medio Ambiente, Yaacub Al Sarraf, en noviembre pasado junto a otros cinco colegas.
Por otra parte, Líbano había hecho un llamado a la ayuda internacional para cubrir los costos de la lucha contra la marea negra, por un total de 150 millones de dólares.
Seis meses más tarde, aproximadamente la mitad de esta suma está disponible, precisó Ghada Mitri.
Por último, se plantea el problema de decenas de sacos repletos de desechos contaminados y amontonados a lo largo de las playas.
Actualmente, Líbano no tiene ni la tecnología ni los medios para reciclar esos desechos.
El ministerio de Medio Ambiente tratará de actuar de urgencia, retirando «lo más rápidamente posible» los sacos del litoral para almacenarlos en depósitos especiales, según Ghada Mitri.
«Después trataremos de seleccionar lo que puede ser tratado en Líbano y lo que deberemos enviar al extranjero», concluyó la portavoz del ministerio de Medio Ambiente.