El secretario mexicano de Educación, Alfonso Lujambio, negó hoy en París que en México haya crecido la brecha cualitativa entre la educación pública y la privada y admitió que el plan de austeridad anunciado por Felipe Calderón repercutirá en su cartera.
«La brecha no se hizo más grande, se hizo más chica. Claro, queremos que esa brecha se haga más chica en menos tiempo», respondió Lujambio en rueda de prensa en la sede de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) donde mantuvo una reunión con expertos en educación y con su secretario general, el también mexicano Angel Gurría.
Lujambio, que asumió su cargo en abril pasado, fue interrogado sobre los resultados de una prueba de evaluación nacional que según la prensa mexicana ha mostrado un «desplome de la calidad en las escuelas públicas».
Datos publicados el martes por el diario El Universal que cita a la Secretaría de Educación Pública (SEP), indican que los estudiantes de primaria y secundaria de las escuelas particulares (privadas) tienen un nivel de aprendizaje superior a los planteles públicos.
Según ese matutino, los avances en el ámbito privado no son iguales en los planteles educativos indígenas o de zonas pobres.
Esa prueba llamada Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares (ENLACE) tiene cuatro niveles: insuficiente, elemental, buena y excelente.
El responsable de Educación en México admitió que «existe una brecha entre la escuela pública y la privada (…) Es una realidad que lleva decenios» pero hizo otra lectura de las cifras.
Y dijo que entre 2008 y 2009 el nivel insuficiente y elemental del aprendizaje del español en las escuelas primarias privadas aumentó del 33,3% al 34,3%. Y de aquellos que tienen un buen nivel o excelente (sumados), descendió del 66,7% al 65,7%.
En las escuelas primarias públicas, los alumnos que tienen un nivel insuficiente y elemental pasaron de 71,5% a 69,2% y aquellos con un buen o excelente nivel aumentaron de 28,5% al 30,3%.
Esas cifras muestran situaciones completamente inversas entre la escuela pública y la privada.
Estos datos se conocen en un momento de fuerte recesión de la economía mexicana con un Producto Interno Bruto (PIB) que en el primer trimestre de 2009 cayó en 8,2% y en el segundo trimestre en 10,3%.
En este contexto, el presidente mexicano, Felipe Calderón, del Partido de Acción Nacional (PAN, derecha), anunció a principios de septiembre un plan presupuestario de austeridad para para recortar unos 6.000 millones de dólares, que contempla la supresión de tres ministerios.
«Naturalmente tiene un impacto importante» en el presupuesto para educación, respondió Lujambio interrogado al respecto, antes de evaluar ese recorte en el «7%» del prespuesto de la SEP, aunque no brindó ninguna cifra.
Explicó que el martes México le pidió a la OCDE un estudio comparativo -que compartirá con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE)- con los otros países más desarrollados que integran esa organización (30 en total) sobre cómo evalúan a sus docentes. El objetivo es «generar un contexto de exigencia» y «de competencia entre los maestros» en México para «establecer una política de calidad educativa».
Ese objetivo se enmarca en la Alianza para Mejorar la Calidad Educativa, un proyecto que el gobierno mexicano presentó en mayo pasado y que va desde la modernización de 27.000 escuelas, hasta la dotación de equipos de cómputo a 155.000 aulas, pasando por la capacitación profesional y la exigencia de una mayor calidad y desempeño docentes ante el grupo escolar.
México «quiere aprovechar una importante experiencia» de otros países en materia de evaluación docente como Alemania, Austria o Francia, porque «quiere compararse en un contexto de máxima exigencia», sostuvo el responsable mexicano.