No voy a contradecir lo que han dicho otros, pero cada nota de lamento de los que sufrimos el aumento del precio del petróleo es un canto celestial para los productores árabes, pues según ellos, Alá no nos dio petróleo por infieles, pero lo que no se han dado cuenta es que hay países infieles que su poderío petrolero es casi tan grande como el de ellos, pero mantienen un bajo perfil, para evitar a los pedigí¼eños.
Sea cual sean las razones de la carrera por el aumento desmedido de esta fuente de energía, nosotros tenemos que prepararnos para que unos y otros no gocen con lo que podría venirnos, por lo que debemos de hacer es dejar de lamentarnos y hacer lo que debemos hacer, sin esperar que vengan extranjeros a decirnos lo que tenemos que hacer, como niños limitados que tienen que ser llevados de la mano.
Si dejamos que llegue la tormenta es difícil salir de ella sin mojarnos, y puede esto resultar en una gripe y en el peor de los casos en una pulmonía.
En estos casos, uno debe de tratar de ir adelante con el tambor, o sea tomar medidas que no nos dejen llegar al caos, en unos casos para no perder popularidad y en otros para no perder amigos que cifraron sus esperanzas de vivir a costillas del pueblo. Ejemplos abundan, no uno ni dos, por miles pero no los voy a detallar pues tendría que pedir el espacio de La Hora en forma completa.
En tiempos de solidaridad deben de ser bajados los salarios y no aumentados, eso es, si esta solidaridad es para todos los guatemaltecos y no sólo para el grupo de allegados al gobernante, alcaldes y diputados. Arzú daría una mejor respuesta.
Se han preguntado cuantas bolsa de comida se pueden repartir con el salario de dos diputados y sus asesores; pues si no lo sabía el presidente Colom sin querer dio la respuesta, que son exactamente 3 mil bolsas que irán a aliviar el hambre de tres mil familias.
Imagínese todo lo que se podría hacer si se rebajara el número de esos buenos para nada a 80 o menos, si se suspendiera el pago a los diputados del Parlamento Centroamericano por que es ilegal, pues nunca fue ratificado en consulta popular, si se redujeran o se eliminara los viajes de esos zánganos, que se rebajara el sueldo a magistrados, procuradores, ministros, generales, diputados, controladores, gobernadores, etc., si se reduce a la mitad de la partida de gasolina a todas las dependencias del Estado, autónomas, semiautónomas, exceptuando únicamente a la Policía Nacional, aunque otros digan que también la necesitan, entonces no serían tres mil bolsas, sino que serían 100 mil o muchs más y se cubriría a la mayoría de las áreas marginales.
Como ven, no es tan difícil afrontar la situación, lo que pasa es que se requiere de pantalones bien puestos y de la aprobación del pueblo, por lo que desde ya debieran de empezar a concientizar a los ciudadanos de que es necesario tomar medidas drásticas, pero no de la forma como lo han hecho con los políticos de ofrecerles, ofrecerles y ofrecerles, o sea comprando su voto para obtener más préstamos y seguir esperando a ver si la tormenta pasa sin mojarnos.
Del Presidente y del pueblo depende de que salgamos secos o mojados de la tormenta.