Se siente la ausencia de la Usac


La Universidad de San Carlos no ha recuperado la incidencia polí­tica, económica y social que le corresponde como entidad superior estatal.

La Universidad de San Carlos, como la única casa de estudios estatal a nivel superior, está llamada a participar en la búsqueda de solución a los problemas que afronta y confrontan a la sociedad guatemalteca; por razones históricas e intereses polí­ticos se ha inhibido de esa responsabilidad, según analistas.

Ligia Flores
lahora@lahora.com.gt

Luego del impacto negativo que tuvo la guerra interna en el liderazgo que se proyectaba desde la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac), la misma no ha podido recuperar un papel de incidencia en la vida del paí­s, debido al desprestigio en que ha caí­do la misma organización estudiantil y las autoridades que la han dirigido desde el Consejo Superior Universitario (CSU) y la Rectorí­a, como consecuencia de sus ví­nculos partidistas.

Algunos analistas consideran que, a raí­z de los «compromisos polí­ticos» e intereses partidistas, la Usac no ha logrado pronunciarse por mucho tiempo con la objetividad requerida, puesto que tal situación le representarí­a «serios problemas».

A criterio del politólogo Roberto Sequén, la universidad estatal desde hace mucho tiempo perdió su proyección popular.

Según el analista, muestra de ello son los exámenes de admisión que excluyen a gran cantidad de estudiantes que son absorbidos por el mercado de las universidades privadas, la pasividad de la Asociación de Estudiantes Universitarios, así­ como los escasos pronunciamientos ante hechos trascendentales.

«La Usac perdió su norte al estar buscando la venia de los gobiernos de turno», asegura.

El politólogo considera que la escasa propuesta de investigaciones, así­ como el nulo aprovechamiento del privilegio que tiene para presentar iniciativas de ley al Congreso de la República, evidencian su desinterés por contribuir a la resolución de la problemática social, económica, polí­tica y cultural del paí­s.

«La Usac tiene hartos privilegios para presentar iniciativas de ley, per sus autoridades solo hacen uso del recurso del silencio ante ello», aseguró Sequén.

Por su parte, el analista polí­tico Marco Antonio Barahona consideró que «no puede negarse que la Usac cumple una función polí­tica en la sociedad; se constituye como un actor del sistema polí­tico guatemalteco (…) Lo que se debe evitar es que por hacer polí­tica sectaria deje de preocuparse por el bien común», aseguró Barahona.

El analista refirió que los señalamientos que la han desprestigiado polí­ticamente se fundamentan en las luchas de poder que se han observado en la competencia por el control de los colegios profesionales, así­ como por la influencia que tienen al momento de elegir comisiones de postulación, así­ como los mismos conflictos por «el equilibrio» del poder interno, indicó.

No obstante, Barahona considera que en la actual administración se han generado hechos importantes que hacen pensar positivamente de la máxima casa de estudios.

El entrevistado se refiere a la participación activa del actual rector de la Usac, Estuardo Gálvez, en el Foro Guatemala -una agrupación civil conformada por entidades académicas, empresariales y sociales-; así­ como su integración en el Grupo Garante del Acuerdo para el Avance de la Seguridad y la Justicia, y el reciente lanzamiento del Instituto Nacional de Investigación y Análisis de Problemas Nacionales.

Barahona y Sequén recuerdan que la Usac cuenta con otras entidades dedicadas a la investigación como la Dirección General de Investigación (DIGI), el Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR), así­ como los centros de investigación de cada una de las distintas unidades académicas.

Ambos concuerdan en que la asignación presupuestaria a tales entidades depende de la Rectorí­a, quien condicionarí­a la misma, para que las propuestas de estas instituciones estuviesen bajo ciertos parámetros.

«Ese presupuesto (asignado a cada instancia) tiene el riesgo de que los órganos de dirección universitarios estén copados por intereses polí­tico partidarios», expuso Barahona.

REASUMIR SU ROL

El pasado 15 de julio fue lanzado oficialmente el Instituto de Investigación y Análisis de los problemas nacionales, de la Universidad de San Carlos.

De acuerdo con Adrián Zapata, director de la entidad, el instituto comenzó a trabajar a finales del año pasado, por lo que ha estado impulsando posicionamientos polí­ticos que la Usac ha hecho públicamente, así­ como actividades de discusión sobre temas de interés nacional.

Zapata asegura que la creación del mismo busca que la universidad logre reasumir el rol de incidencia polí­tica, por lo que el mismo se constituye como un asesor del mismo Consejo Superior Universitario.

«La Usac tiene el mandato constitucional en la solución de problemas nacionales como universidad pública que es, sin embargo, desde hace tiempo se ha inhibido, se siente su ausencia», dijo Zapata.

A su criterio, se busca que la confrontación que históricamente hizo la Usac al estado durante las dictaduras, ya no es necesaria en un contexto democrático, por lo que se busca que la Usac asuma su identidad pública correspondiente.

«Somos una entidad del Estado y tenemos autonomí­a, por lo que esta nos debe servir como una autonomí­a polí­tica (?), se plantea una relación de fortalecimiento del estado, sin dejar de ser crí­ticos», apuntó.

«Buscamos incidir polí­ticamente en función de la resolución de problemas nacionales», enfatizó.

«La Usac tiene el mandato constitucional en la solución de problemas nacionales como universidad pública que es, sin embargo, desde hace tiempo se ha inhibido, se siente su ausencia»

ADRIíN ZAPATA

Instituto de Investigación y Análisis