El primer encuentro frente a frente entre el gobierno sirio y la oposición que busca derrocar al presidente Bashar Assad concluyó hoy después de apenas media hora, en la que los representantes se miraron en silencio mientras el mediador de la ONU procuraba reducir la distancia que los separa.
Después de días tensos en los que evitaron verse cara a cara y se reunieron por separado con el mediador Lajdar Brahimi, la delegación de Assad y representantes de la Coalición Nacional Siria se sentaron ante una mesa en forma de U durante breve tiempo y salieron por puertas separadas con el fin de no entrar en contacto.
Brahimi preparó el terreno para conversaciones encaminadas a poner fin a la guerra civil en Siria. Sólo habló él, según Anas al-Abdé, que integró el grupo de la coalición.
«Para nosotros no fue fácil sentarnos frente a la delegación que representa a los asesinos en Damasco, pero lo hicimos por el pueblo sirio y por los niños de Siria», afirmó. Todos los presentes se mantuvieron en calma.
Las discrepancias fueron patentes antes del inicio de la reunión. La delegación de Damasco negó que hubiese aceptado la premisa de un gobierno de transición, mientras que la oposición dijo que no aceptaría nada menos que la salida de Assad. Algunos diplomáticos han dicho que el mero hecho de lograr que las partes se sentaran a la misma mesa podía ser considerado un logro tres años después del comienzo de la rebelión que ha dejado 130.000 muertos.
«Hoy comenzaremos con ideas modestas para ir ampliándolas a fin de lograr algo e iremos avanzando gradualmente a cuestiones cada vez mayores», afirmó el vicecanciller sirio Faisal al-Mikdad antes del encuentro.
Al-Abdé agregó que los dos bandos se reunirían otra vez el mismo sábado pero que solamente se dirigirían al mediador.
El primer punto del temario es un alto el fuego para la ciudad de Homs, la tercera ciudad de Siria. Homs se convirtió en un centro importante de la resistencia desde el comienzo de la rebelión
Los vecindarios en el sector antiguo de la ciudad están casi destruidos después de los reiterados ataques del gobierno para desalojar a los rebeldes. La urbe tenía un millón de habitantes, pero la mayoría han huido.
Cuando se le preguntó sobre las acusaciones de que la coalición, integrada mayormente por exiliados, carecía de influencia sobre los combatientes en Siria, al-Abdé respondió que los rebeldes en Homs, que todavía controlan unas pocas posiciones en esa ciudad, accedieron a respetar todo acuerdo que se alcance en Ginebra.
La guerra civil siria comenzó en el 2011 con protestas mayormente pacíficas contra Assad, que recurrió al aparato militar para reprimir a los manifestantes. Una cuarta parte de la población nacional se ha visto desplazada y se ha refugiado en campamentos dentro de Siria o en países vecinos.
La rebelión se transformó en una guerra entre aliados de ambas partes, entre Irán y Arabia Saudí, con combatientes extranjeros en los dos bandos.
Rusia y Estados Unidos también apoyan a bandos contrarios.