«Es muy, muy probable que volvamos a crecer en la segunda mitad del año», declaró el consejero económico de la Casa Blanca, Lawrence Summers, interrogado en la cadena de televisión NBC.
El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, predijo lo mismo en una entrevista con la cadena ABC, refiriéndose a las estimaciones de economistas privados, y sobre todo subrayando que el gobierno esperaba una mejora durable: «Pensamos que (la economía) seguirá» con esa tendencia, dijo.
«No creo que podamos vislumbrar ahora el riesgo de una vuelta a la recesión económica, añadió, recordando que se trataba de un temor omnipresente hace unos meses.
Incluso el ex presidente del Banco Central estadounidense Alan Greenspan se mostró optimista, al mencionar una recuperación «muy cercana» y asegurando que estaba «prácticamente seguro» de que la economía estadounidense había llegado al nivel más bajo y estaba empezado a recuperarse desde mediados de julio.
Summers, Geithner y Greenspan participaron el domingo en programas televisivos para reafirmar esta tendencia a los estadounidenses.
«Tenemos que lograr que los estadounidenses confíen más en el porvenir», justificó Geithner, quien reconoció que el consumo es un dato crucial de la economía estadounidense.
El viernes, la Bolsa reaccionó con prudencia ante informaciones sobre un retroceso del Producto Bruto Interno (PBI) menor al anunciado entre abril y junio (-1% en lugar de -1,5%).
Algunos analistas se preocuparon al ver retroceder el consumo (-1,2% anual), cuando era positivo en el primer trimestre ( 0,6%).
Y el desempleo que, como reconoció Summers, «está en un nivel más alto que lo que cualquiera pudo prever a principios de 2009», es un freno para el consumo.
Por lo tanto, el gobierno se vio obligado a moderar sus expectativas: «La mayoría de los economistas privados (…) afirman que quizá en la segunda mitad del año disminuirá el desempleo «, señaló Geithner.
Las próximas cifras sobre desempleo se esperan para el fin de la semana próxima y Obama ya anticipó el viernes la mala noticia: «Probablemente mostrarán que seguimos perdiendo demasiados empleos».
Sin embargo, el gobierno confía en la política de reactivación económica: «Nos queda mucho por implementar», señaló Summers, descartando que un nuevo plan de reactivación sea necesario.
Por su parte, Geithner hizo un llamado al sector privado para que potencie el esfuerzo del sector público y genere empleos: «Necesitamos que la reactivación se base en la demanda del privado, en el gasto del privado, y que las empresas apuesten a la economía estadounidense».