La madre de la modelo brasileña Ana Carolina Reston, muerta el martes de anorexia a los 21 años de edad en Sao Paulo, lanzó un grito de alarma que reabre la polémica sobre la obsesión por adelgazar de las top-models.
«Yo le pido a todas las madres que se ocupen de sus hijas y que no cometan el mismo error que yo, porque la pérdida es irreparable. Ella me pidió que no la forzara a comer y yo no la obligaba», declaró Miriam Reston, de 58 años, madre de la modelo.
«Espero que la historia de Ana Carolina sirva de lección» a los adolescentes, dijo en declaraciones a la TV Globo, agregando que «todo el dinero del mundo jamás pagará la vida de un hijo».
Miriam Reston aguarda igualmente una toma de conciencia por parte de las agencias de modelos que emplearon a su hija. «Que cada agencia que ha empleado a mi hija se pregunte en su alma y en su conciencia qué podría haber hecho por ella», declaró.
Ana Carolina, modelo desde los 13 años, que medía 1,74 m de altura y pesaba solamente 40 kg, había sido hospitalizada tres semanas atrás por una infección urinaria que derivó en insuficiencia renal y después en una infección generalizada.
El 30 de abril, con 46 kg, ella reconoció su obsesión por adelgazar en una entrevista concedida a la revista Hora: «yo me encuentro gorda, tengo una imagen deformada de mí misma», declaró entonces.
La directora de la agencia de modelos L’Equipe, Lica Kohlrausch, dijo que Ana Carolina había participado en un catálogo para el diseñador italiano Giorgio Armani en Japón, pero que debió volver a Brasil porque estaba demasiado delgada y fatigada.
Ana Carolina, quien también había trabajado en México y China, se alimentaba últimamente sólo de manzanas y tomates, y rechazaba consultar a un psiquiatra.
Su muerte reabrió el debate sobre el peso mínimo de las top-models. En setiembre las modelos demasiado delgadas perdieron el derecho a desfilar en la Pasarela Cibeles de Madrid. En Río de Janeiro, el próximo gran desfile de moda, el «Fashion Río», rechazará en enero próximo a las modelos esqueléticas.
«No será una restricción oficial como en Madrid, pero se dará preferencia a las menos delgadas», anticipó ayer Eloysa Simao, directora del Fashion Río.
«No creo que se pueda regular la relación de cada una con su cuerpo, pero nosotros no emplearemos modelos de peso demasiado bajo. La anorexia y la bulimia son problemas emocionales», afirmó Simao al diario O Dia.
Los editores de las revistas de moda, en tanto, decidieron recientemente en Londres no publicar más fotos de modelos esqueléticas.
La estilista brasileña Lenny Niemeyer estimó por su parte que la delgadez excesiva está desapareciendo de la moda: «no se quieren más top-models con apariencia enfermiza».
En cambio, la modelo Velveut d’Amour, de 130 kg y convertida en símbolo de la anti delgadez sobre las pasarelas internacionales después que Jean Paul Gaultier la hizo desfilar en octubre durante la semana de la moda parisina, se declaró «conmovida» por la muerte de la modelo brasileña.
«Pienso que toda la indignación en torno a la muerte de Ana Carolina puede movilizar a las personas para abrir una nueva época», expresó por teléfono al diario O Dia.
Velvet d’Amour, quien llegó a pesar 54 kg, relató que su agencia la consideraba «demasiado gorda». «Para alcanzar un peso absurdo comencé a comer sólo gelatina líquida caliente. Vi que me estaba muriendo y que era infeliz, entonces busqué otro modelo», concluyó.