Las intensas lluvias caídas en España en mayo, que provocaron inundaciones en el norte, llevaron a la Exposición Internacional de Zaragoza 2008 a nuevas tomar medidas contra la crecida del río Ebro y a la región de Cataluña a levantar las restricciones contra la sequía.
Aunque ya ha dejado de llover intensamente en casi toda España, las consecuencias de las fuertes precipitaciones de los últimos días todavía se notan en la cuenca del río Ebro, que recorre el noreste del país.
Se espera que el caudal de este río a su paso por Zaragoza alcance su máximo desde hoy por la tarde y durante los dos días siguientes, con un volumen de 1.800 m3 por segundo, según la Conferencia Hidrográfica del Ebro (CHE).
Ante estas previsiones, los organizadores de la Expo, que debe abrir sus puertas el 13 de junio durante tres meses, anunciaron hoy nuevas medidas para protegerse de la crecida del río.
El agua entró en el anfiteatro al aire libre construido en la orilla del río, donde fue desmontado el equipo eléctrico. Varios edificios de la exposición, construida en 25 hectáreas a la orilla del río, fueron protegidos.
El alcalde de la ciudad, Juan Alberto Belloch, anunció que la ceremonia de inauguración, que incluía un espectáculo al aire libre con un escenario colocado en el río, se celebrará en el Palacio de Congresos si el caudal del agua pone en riesgo el evento en el exterior, en declaraciones a Radio Nacional (RNE).
Las pruebas de visita de la Expo, previstas el 5 y el 8 de junio, fueron aplazadas al 10 de junio debido a las lluvias.
Por otra parte, las fuertes precipitaciones han aumentado la capacidad media de los embalses españoles, sobre todo en el área de Barcelona, donde crecieron desde cerca del 20% en abril a casi el 54% hoy.
Esto llevará al gobierno español a anular el viernes el decreto por el que autorizó las obras para construir una tubería que iba a llevar agua del Ebro a la ciudad de Barcelona y sus alrededores, donde viven más de 5 millones de personas.
El gobierno regional catalán, la Generalitat, decidirá hoy modificar el decreto de sequía, aunque no lo anulará de momento.
Esto implicará levantar varias restricciones, como la de llenar piscinas y regar jardines.
Asimismo, hay «otras medidas que desaparecen» como el transporte por barcos de agua potable desde la vecina provincia de Tarragona.
Para el transporte de agua por barco desde Marsella (sureste de Francia) se está «estudiando una rescisión anticipada» del contrato, firmado hasta agosto, añadió.
España es el país más árido de Europa, con un tercio de su territorio en proceso de convertirse en zona desértica y pocas medidas tomadas hasta ahora para atajar el cambio climático.
La zona más afectada tradicionalmente por la sequía es la costa sureste mediterránea, al sur de Cataluña, donde los embalses, incluso con las lluvias recientes, se encontraban en el 21-25% de su capacidad en los últimos días.
El gobierno español anunció el lunes que negociará un Pacto Nacional del Agua con autoridades regionales, partidos políticos y usuarios.
Este Pacto tendrá tres fases: «diagnosticar el déficit de las cuencas», «evaluar las necesidades» de cada zona y «cuantificar la oferta total» de agua, «sin descartar» los polémicos trasvases de agua entre regiones, indicó la ministra de Medio Ambiente, Rural y Marino, Elena Espinosa.