Por primera vez en la historia de la tricentenaria Universidad de San Carlos de Guatemala, tomó posesión para un segundo período su Rector Magnífico, Estuardo Gálvez Barrios.
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Nuestra Constitución establece que a esta importantísima casa de estudios le corresponde con exclusividad dirigir, organizar y desarrollar la educación superior del Estado y la educación universitaria estatal, así como la difusión de la cultura en todas sus manifestaciones. Tiene también la responsabilidad de la investigación en todas las esferas del saber humano y cooperará al estudio y soluciones de los problemas nacionales.
También está establecido, como consecuencia de su autonomía, que posee una personalidad jurídica propia, se rige por su Ley Orgánica, estatutos y reglamentos que ella emite. Debe observar la conformación en sus órganos de dirección el principio de representación de sus catedráticos titulares, sus graduados y sus estudiantes. El artículo 84 de la Constitución establece que le corresponde a la Universidad de San Carlos de Guatemala una asignación privativa no menor del 5% del Presupuesto General de Ingresos Ordinarios del Estado.
Todo lo expresado más la renovación del mandato del Rector Magnífico implica que no puede seguirse dejando de abordar la reestructuración, la mejora de la educación superior en el país. Esto también conlleva, que debe de evaluarse la manera en la cual la mayoría de los alumnos que se inscriben en cada una de las facultades se gradúen como profesionales universitarios en un lapso razonable de tiempo. No puede continuarse engañando, frustrando a la juventud universitaria.
Países como Cuba, Chile para hablar sólo de América Latina son un solo ejemplo. En estos dos países el que ingresa a la universidad sabe que así como tiene derechos tiene obligaciones y estas implican que la inversión de los impuestos que se hacen para que el educando cuente con catedráticos del mejor nivel profesional, con infraestructura adecuada y con una serie adicional de apoyos, tiene que graduarse y devolver a su país lo que la población pagó e invirtió de forma sacrificada para su educación.
El Rector, recién reelecto, puede pasar a la historia o puede perderse en la historia. Es él, sus electores y colaboradores los que determinarán qué sucederá en la Usac en los próximos 4 años. Ya no existe la excusa de desconocer cómo es el gobierno de la universidad, cuáles son sus problemas, cuáles son sus necesidades, ni tampoco cuáles son sus vicios.
Qué importante sería que igual que un grito como el que diera al inicio de la independencia en México, en Dolores, el sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla, igual que la lucha de independencia que año con año celebramos en toda América Latina, el Rector, el Consejo Superior Universitario, los decanos, catedráticos y demás autoridades se pusieran el propósito de transformar la educación universitaria pública y ponerla arriba de todas y cada una de las universidades privadas existentes en el país, para que así la mayoría de los muchachos que ingresen a la universidad se pelearan no por ir a una universidad privada sino por ser un alumno y después un adecuado egresado de la tricentenaria Universidad de San Carlos de Guatemala.