Se preparan para recibir al Papa


Preparación. La comunidad de Aparecida, en Brasil, ha iniciado los preparativos para recibir al papa Benedicto XVI.

La ciudad brasileña de Aparecida y un centro de recuperación de adictos aguardan sin perder su sencillez la llegada en mayo del Papa Benedicto XVI para dar sus orientaciones a cardenales y obispos de todo el continente americano.


A 165 km de Sao Paulo, Aparecida mantiene casi intactas las estrechas y desprolijas calles que conducen a su basí­lica, en donde el Papa inaugurará el 13 de mayo la Conferencia de obispos de América Latina y el Caribe.

La ciudad de 35.000 habitantes vive por y para su basí­lica, santuario de la virgen de Aparecida (la patrona de Brasil), a la que, según la Iglesia, llegan unos ocho millones de peregrinos por año para agradecerle sus favores.

Con forma de cruz griega, naves de 40 metros de altura y una superficie de 18.000 metros cuadrados, la Basí­lica tiene capacidad para 45.000 personas. Su cúpula de 70 metros y su torre de 107 se imponen entre las sierras del valle del rí­o Paraiba.

Su subsuelo es una exposición de devoción popular. Allí­ se exhiben ofrendas que van desde fotos de niños a armas, pasando por cigarrillos, drogas y hasta una estatuilla de cera del atacante Ronaldo dejada por el propio futbolista tras conquistar el campeonato mundial de 2002.

Los cambios dentro de la Basí­lica no son muchos. Se está refaccionando el altar que guarda la estatua de la virgen de Aparecida, encontrada por pescadores hace casi 300 años y ante la cual el Papa rezará el rosario, explicó Orlando, uno de los obreros.

Ante las puertas de la Basí­lica se instalará el altar para la misa que el pontí­fice celebrará ante una explanada de 272.000 metros cuadrados.

Tras dos años de Pontificado, Benedicto pisará por primera vez América Latina el 9 de mayo cuando llegue a Sao Paulo, donde permanecerá dos dí­as. El 11 se dirigirá a Aparecida y regresará la noche del 13 a Roma tras dejar instalada la Conferencia de Obispos de América Latina.

En Aparecida, descansará en un sencillo dormitorio del Seminario Bon Jesús, un enjardinado edificio neoclásico de 4 pisos ubicado a pocos minutos del santuario. Su dormitorio estará en el mismo lugar donde descansó por unas horas su antecesor, Juan Pablo II, al visitar Aparecida en 1980.

Nadie fue autorizado a entrar, pero la Iglesia mostró fotos de una habitación amplia, de paredes claras y amueblada apenas por una cama, un sofá, dos armarios y una mesa con cuatro sillas. Al lado fue construida una pequeña capilla para sus oraciones y meditaciones.

El Papa hizo cuestión de visitar también Fazenda Esperaní§a, un centro de recuperación de drogadictos fundado a unos 30 km de Aparecida por un sacerdote alemán hace 19 años y por el que pasaron desde entonces unas 1.500 personas.

Los pacientes son tratados sin remedios ni psicólogos y el tratamiento consiste en trabajar en la hacienda de 250 hectáreas y oraciones y meditaciones, dice Ari Miranda, uno de los voluntarios que apoya el programa.

Ese modelo de terapia se aplica en 18 estados brasileños y en Argentina, Paraguay, México, Guatemala, Alemania, Rusia, Mozambique y Filipinas.

«El Papa dijo que quiere llegar en auto pero por las dudas empezamos a construir un helipuerto», dice Miranda consciente de que el Papa deberá transitar rutas estrechas y mal conservadas.

El Papa permanecerá dos horas en Fazenda Esperaní§a, en donde inaugurará una capilla y escuchará testimonios de personas rehabilitadas.

«Nunca imaginé que verí­a al Papa», dice Maurilio Alves Pessoa, de 23 años y desde hace 8 años vinculado a la institución. Ingresó para curar su adicción y hoy es uno los jefes de las labores.

«Queremos mostrar que somos un testimonio de que se puede salir de la droga sin remedios pero con voluntad y fe», afirma.