Se perdió el respeto al Presidente


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El presente perí­odo gubernamental se inició con el estigma de que la esposa del Presidente era quien tení­a el uso del poder, aunque las manifestaciones externas no lo denotaran; poco tiempo después, el rumor anterior fue “in crescendo” al grado que no fue desmentido y así­ pasaron los tres años y medio de gobierno de la UNE.

Fernando Mollinedo
fermo@intelnet.net.gt

 


La falta de energí­a en el carácter del mandatario y la cada dí­a mayor actividad de la esposa del Presidente en el ámbito gubernamental contribuyó a darle forma a un “tácito entendido” de lo que era ya vox pópuli. El beneficio de la duda que le otorgó el pueblo (incluso los opositores) se fue desmoronando de tal forma que su imagen personal fue opacada por la de su esposa.
      
       El respeto de una gran parte de la población de Guatemala a la dignidad del empleo de PRESIDENTE DE LA REPíšBLICA se fue perdiendo poco a poco con las desafortunadas declaraciones del presidente ílvaro Colom en cuanto a responder de forma inadecuada las acusaciones de los grupos que representan la supuesta “oposición”.
      
       La utilización de vocabulario coloquial ofensivo fue denigrando la figura presidencial, “sacó el cobre” algunas veces en alguna forma desesperada por defender su posición respecto de actos administrativos y/o polí­ticos; ayudado en esa función por su esposa, quien también “bajó el canasto” en cuanto a responder de forma hepática los sistemáticos ataques, crí­ticas, comentarios, alusiones y hasta chismes que de forma usual se hace a las autoridades gubernamentales.
      
       PERO… lo que colmó el vaso de la credulidad en el Presidente, fue la forma en que abordó y defendió su divorcio ante el pueblo guatemalteco y la opinión internacional; tal vez sólo él no se dio cuenta que se convirtió en el bufón hazmerreí­r del mundo entero al decir que su esposa “se sacrificaba” al divorciarse y convertirse en candidata presidencial por el bien de la población guatemalteca.
      
La infinidad de chistes al respecto que circularon en los medios electrónicos, unos soeces y otros timoratos, siguen siendo la burla y mofa del actual Presidente de la República de Guatemala.

       Lo anterior, resta la seriedad con que se debe ostentar un cargo de tan alta dignidad, pero como ahora dicho cargo puede ser aspirado por cualquier ignorante con pisto, o sin pisto, empresario ignorante con pisto, ama de casa ignorante con pisto, pseudo intelectuales con pisto, militares arrogantes con pisto de la oligarquí­a criolla y hasta candidatos a cuales más “soviéticos” apadrinados por Don Narco.
      
 La actitud que presenta hoy el Presidente de la República es la de un hombre avasallado por los innegables problemas del cargo que desempeña, también denota cansancio e indolencia en sus declaraciones ante la Prensa ante circunstancias tan graves que demandan atención inmediata como es el combate a la delincuencia. El Presidente ya se rindió, por eso no lo respetan.