José Luis Hernández
En esta edición, La Hora Política aborda la problemática del transporte urbano de pasajeros en la ciudad capital y en las ciudades dormitorio, como se conocen los municipios del departamento de Guatemala donde este servicio también es prestado por las mismas gremiales y que a la fecha sus pretensiones de aumentar la tarifa ha provocado ya una serie de protestas airadas de los vecinos que se resisten a pagar más.
«Aún operan con buenas utilidades»
Victoriano Zacarías, secretario general del Sindicato de Pilotos de Autobuses Urbanos, se refirió a la problemática del transporte urbano de pasajeros y a las soluciones que a su juicio deben implementarse en medio de esta crisis económica para que los citadinos por fin tengan acceso a un buen servicio, negado desde hace ya varias décadas.
– Pregunta: ¿Cuál es la relación entre los pilotos y los empresarios?
– Respuesta: Es una relación de alquiler, porque los pilotos tienen que comprar el combustible, lubricantes, pagar quien lave los autobuses, hacer las reparaciones y de «ribete» tienen que servir de guardianes, dormir dentro de las unidades y sacarlas a circular lo más temprano posible para cumplir con la cuota, es decir, que los pilotos se convierten en trabajadores y administradores, mientras el dueño solamente exige la entrega de la cuota diaria y el pago del subsidio estatal.
– P.: ¿La eliminación del impuesto al diésel beneficiaría a los usuarios?
– R.: Reducir a cero el arancel del diésel atentaría contra la vida de las mayorías que son los más pobres, porque automáticamente le estarían recortando el presupuesto al Gobierno para invertir en salud, educación, seguridad y vivienda, que son prioritarios. De todas formas quienes se enriquecen son los dueños, porque con precios altos o medianamente bajos del combustible, el que paga el «pato» son los usuarios.
– P.: ¿Es aún rentable la prestación de este servicio?
– R.: Estamos seguros que a la presente fecha los dueños de las camionetas no están operando con pérdidas, talvez ya no con jugosos dividendos como en el pasado, pero sí con buenas utilidades.
– P.: ¿Cómo resolver este viejo problema?
– R.: Una empresa estatal de transporte sería la solución a la problemática, una vez estén a la cabeza personas honorables, con ética y con responsabilidad y no sinvergí¼enzas como ha ocurrido cuando se crea o se instala una empresa estatal siempre, porque siempre se pagan las facturas políticas. Una empresa oficial que funcione con rectitud tendría ganancias que irían a engrosar el presupuesto de inversión nacional.