Se niegan a recibir fuego


Un importante templo budista de Nagano (centro), que iba a ser el punto de partida del relevo de la llama olí­mpica en Japón el 26 de abril, se ha retirado del recorrido por la situación en Tí­bet, confirmó el viernes un responsable local.


El templo de Zenkoji, en la ciudad de Nagano, organizadora de los Juegos Olí­mpicos de invierno de 1998, se negó a servir de punto de partida para el relevo de la antorcha, declaró a la prensa el jefe del comité organizador local, Kunihiko Shinohara.

«Respetamos la decisión de Zenkoji y modificaremos el punto de partida» del recorrido, de 18,5 kilómetros, dijo el responsable.

El templo justificó su decisión aludiendo a la «represión» china en Tí­bet, según la agencia de prensa Jiji.

Previamente un responsable del templo dijo: «Cuando las autoridades se pusieron en contacto con nosotros para pedirnos ser parte del recorrido olí­mpico aceptamos de todo corazón», explicó previamente a la AFP un responsable del templo.

Pero «la situación ha cambiado (…) los monjes están muy preocupados» por la situación en Tí­bet, añadió a modo de explicación de la decisión tomada.

«Sentimos profundamente que somos budistas como los tibetanos», declaró, por su parte, un monje a la agencia Jiji.

Un miembro del secretariado del templo, Shinsho Wakaomi, subrayó que China ejerce la represión contra los lí­deres religiosos tibetanos que «se enfrentan» a ella, añadiendo que la decisión de Zenkoji está también motivada por cuestiones de seguridad.

Los tibetanos son budistas, como la inmensa mayorí­a de los japoneses, pese a seguir corrientes diferentes en el seno de esta religión. El Dalai Lama viaja a menudo a Japón para dar conferencias.

El templo Zenkoji data del siglo VII y recibe cada año a unos seis millones de peregrinos.

Tras varias etapas conflictivas en Londres, Parí­s, San Francisco y, esta semana en Islamabad y Nueva Delhi, el recorrido de la llama de los Juegos Olí­mpicos de Pekí­n llegará a Nagano procedente de Canberra el 26 de abril, antes de partir con destino a Seúl.

Unos 2.000 policí­as, entre ellos unidades antidisturbios, serán desplegados en Nagano para garantizar la seguridad del recorrido, según el diario local Yomiuri.

Los guardas chino estarán presentes para acompañar y vigilar la antorcha, pero sus prerrogativas estarán muy limitadas, según el rotativo.

La policí­a japonesa ve con desagrado la intervención en su territorio de guardias chinos, cuyos métodos agresivos suscitan controversia.

Japón no tiene una importante comunidad tibetana y no es paí­s acostumbrado a grandes manifestaciones pero, por motivos de «seguridad», las autoridades ya anularon el concierto que debí­a clausurar el recorrido de la antorcha en el estadio olí­mpico de Nagano.