Esta vez se lució el Tribunal Supremo Electoral al dar a conocer en tiempo récord los resultados de las votaciones de la segunda vuelta para la elección de quien resultara vencedor para posicionarse en la primera magistratura de la Nación, que fue el general retirado Otto Pérez Molina, frente a su opositor el doctor Manuel Baldizón.
La tecnología usada daba gusto verla, se estaba al tanto inmediato de los conteos que fueron ágiles; el resultado final con el triunfador se dio a conocer a las 20:15 horas del domingo 6 de noviembre en curso, cierto que solo había una papeleta. Todos quedamos satisfechos y el TSE no se ganó un cien sino un mil. Esta experiencia, mejorada, se utilizará dentro de cuatro años al concluir el ejercicio presidencial en 2016. Algunos quizás ya no lo veremos. Ahora bien, en lo que a mi persona respecta, considero una mala nota el hecho de que se cantara nuestro sagrado Himno Nacional como preámbulo, posiblemente pensando en darle solemnidad al acto del conocimiento de que ya había nuevo Presidente de la República, con una melodía que difiere de la escrita por el insigne maestro filarmónico Rafael ílvarez Ovalle, reconocida por el entonces Presidente de Guatemala, general José María Reyna Barrios, el 19 de febrero de 1897 mediante la emisión del correspondiente acuerdo gubernativo que aún está vigente.
Soy fanático, porque así me lo inculcaron cuando estudié la primaria, de nuestro Himno Nacional como de nuestra bella Bandera, azul blanco y azul, celeste cielo, y con respecto al Himno Nacional tengo escrita una versión teatral, ya lo he mencionado otras veces, que fue puesta en escena en el Teatro de Bellas Artes, del Ministerio de Educación, para el primer centenario del Himno, el 19 de febrero de 1997. Desde entonces no se ha vuelto a representar por lo costoso del montaje y porque no se logra obtener financiamiento, no obstante que está declarado para incluirlo en el pénsum de estudios.
Tengo una copia de una iniciativa de ley, ya hace años, del Congreso de la República, relativa al Himno Nacional, que ignoro si se aprobó, que en el tercer Considerando se expresa que es punible introducir cualquier modificación escrita o musical a los dos componentes del Himno Nacional de Guatemala, y quien así lo haga comete delito de lesa Patria y será enjuiciado y castigado penalmente. El siguiente Considerando expresa: Que de la misma manera se procederá penalmente de quien altere los colores de nuestra máxima Insignia Patria, la Bandera, o la irrespete. Y el primer artículo de este Decreto dice: Declara que por ningún motivo instituciones del Estado, privadas o personas jurídicas o particulares, se arroguen el derecho de alterar el contexto musical o poético del Himno Nacional de Guatemala. Reitero, no sé si esta iniciativa de ley fue aprobada y publicado el Decreto en el diario oficial, pero es muy bueno.
En resumen: si un coro o grabación con el Himno Nacional alterado sirvió de base esa noche para entonarlo, fue una lástima porque el acto fue televisado a nivel nacional y se dio un mal mensaje, en ese sentido, a todo un pueblo.
Ojalá que para el futuro en actos de gran trascendencia nacional, se tenga cuidado cuando de entonar nuestro Himno Nacional se trate. Reiteradas felicitaciones al Tribunal Supremo Electoral, por tan excelente trabajo.