Se inicia el diálogo


Los agricultores argentinos realizan una manifestación en Gualeguaychu, en la provincia de Entre Rí­os. La amenaza de huelga inició desde el miércoles pasado, y este fin de semana explotaron las medidas de hecho, exigiendo soluciones reales al gobierno.

Los gobernadores de las provincias agropecuarias argentinas abrirán esta semana el diálogo con dirigentes de los agricultores, que cumplí­an ayer el cuarto dí­a de una huelga de ocho jornadas contra la polí­tica fiscal y amenazaban con extender la protesta.


Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires (peronista), corazón de la fértil Pampa Húmeda, será el encargo de comenzar hoy la ronda de encuentros, en La Plata, capital bonaerense ubicada a 50 km al sur de Buenos Aires.

«Es muy bueno que el gobernador de la provincia más importante del paí­s mantenga este tipo de reuniones», dijo Alfredo De Angelis, presidente de la Federación Agraria de la provincia de Entre Rí­os (este).

Sin embargo, De Angelis –uno de los mayores referentes de la protesta e impulsor del corte de la estratégica ruta 14, llamada del Mercosur– dijo que está bien el diálogo, pero advirtió que los productores «quieren soluciones».

Portavoces de Scioli aclararon que el mandatario se reunirá con el titular de Confederaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), que es la entidad más importante de la zona, pero que no integra la llamada Mesa de Enlace, que nuclea a las cuatro entidades que convocaron al paro.

Scioli es un ex deportista y empresario devenido dirigente polí­tico con marcado perfil conciliador, pero criticó con dureza la decisión de los lí­deres agrarios de retomar la protesta, luego de la huelga de 21 dí­as con cortes de rutas, que provocó desabastecimiento de alimentos en marzo.

Otro encuentro clave tendrá lugar también hoy en Córdoba (700 km al norte), donde el gobernador Juan Schiaretti recibirá a la dirigencia de las entidades que vienen motorizando las protestas contra el aumento de las «retenciones» (impuestos a las exportaciones) desde el 11 de marzo.

El detonante de la rebelión agraria que conmociona a Argentina, uno de los mayores productores y exportadores de alimentos del mundo, fue la decisión de la presidenta Cristina Fernández de aplicar un sistema de retenciones móviles, es decir, ajustado a la variación del precio mundial de los granos.

La apertura de un canal de diálogo con los productores también fue bien recibido por los gobernadores Jorge Capitanich de Chaco y Oscar Jorge de La Pampa, ambos oficialistas, y también por Hermes Binner de Santa Fe.

Binner, el primer gobernador socialista de Argentina, opinó que con la huelga «nos perjudicamos todos» y alertó sobre las consecuencias para la provincia de la ruptura de la cadena de pagos derivada del paro en estados en los que el campo es la columna vertebral de sus economí­as.

La medida de fuerza, que consiste en no comercializar granos destinados a la exportación, fue lanzada el miércoles por los cuatro gremios más importantes, luego del fracaso del accidentado diálogo que mantuvieron con el gobierno nacional.

Si bien la huelga fue convocada hasta el jueves, algunos dirigentes advirtieron que podrí­a prolongarse.

«Si no hay medidas positivas, continuaremos con la protesta», dijo Hugo Biolcati, vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina, que nuclea a los 10 mil mayores productores.

La huelga está acompañada por nutridas movilizaciones e intermitentes cortes de ruta, como el de la ruta 14, donde durante seis horas se impidió ayer el paso de camiones con granos y con patente internacional.

Mientras tanto, el Gobierno insiste en defender el sistema de retenciones móviles porque su aplicación permite mantener los precios internos de los alimentos dentro de parámetros accesibles para la mayorí­a de la población.

«Si no hay medidas positivas, continuaremos con la protesta.»

Hugo Biolcati,

vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina