Según nuevas cifras del Departamento de Comercio, el Producto Interno Bruto (PIB) se expandió sólo el 2,4%, el ritmo de crecimiento más lento en casi un año, y demasiado débil para hacer frente a problemas como el desempleo.

Mark Gregory, analista económico, apuntó que lo que más ha sorprendido de la cifra es que en el primer trimestre del año la economí­a habí­a despuntado con un crecimiento de cerca del 4%.

La contracción del crecimiento refleja un repentino aumento en las importaciones y una disminución en el consumo, agregó.

La cifra es un primer estimado que podrí­a revisarse en los próximos meses.

El anuncio provocó temores sobre si la economí­a estadounidense ha logrado salir completamente de la crisis financiera, especialmente cuando la alta tasa de desempleo, actualmente de 9.5%, parece no retroceder.

Ante la noticia el dólar estadounidense redujo su valor con respecto a las principales monedas.

Hasta ahora los analistas atribuyen las malas cifras a la disminución en ventas de productos de consumo como autos, a la par que los gastos personales crecieron a un ritmo más lento que en el primer trimestre.

Estos factores compensan el aumento en las ventas en el mercado inmobiliario, donde la inversión en el sector creció por la extensión de las ayudas para la compra de nuevas viviendas.

El Departamento de Comercio también modificó sus previos estimados de crecimiento para los primeros tres meses del 2,7% al 3,7%.

Según las estadí­sticas, la economí­a estadounidense ha reportado un crecimiento por cuatro trimestres consecutivos.

Sin embargo, estas nuevas cifras fueron más bajas de lo esperado.

La contracción ha generado en muchos analistas y banqueros un temor de que el crecimiento económico se vea afectado aún más si el gobierno elimina el estí­mulo financiero.

Washington inyectó miles de millones de dólares a la economí­a durante la crisis financiera mundial.

Ayer, el Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo que tal vez el gobierno deberí­a aumentar el estí­mulo para asegurar la recuperación.