Un total de 56 personas murieron el viernes en Turquía al estrellarse el avión en el que viajaban poco antes de su aterrizaje en Isparta (suroeste), anunció un responsable de la aerolínea propietaria del aparato.
«No hay supervivientes ni entre los pasajeros ni entre la tripulación», explicó Tuncay Doganer, director ejecutivo de la aerolínea de bajo coste Atlasjet en una conferencia de prensa televisada.
El MacDonnell Douglas 83 desapareció de la pantalla del radar a las 01H36 (23H26 GMT), poco después de que el piloto comunicase que descendía para aterrizar en el aeropuerto de Isparta.
El avión había despegado 35 minutos antes de Estambul con 49 pasajeros y siete tripulantes (dos pilotos, cuatro azafatas y un técnico).
El ministro turco de Transportes, Binali Yildirim, confirmó que «no hay signos de vida» en el lugar del accidente, después del aterrizaje de uno de los helicópteros de rescate desplazados a la zona tras el siniestro.
Según ese ministerio, el fuselaje del aparato fue localizado a unos 1.830 metros de altitud, en una montaña cerca de pueblo de Cukuroren, a unos 12 kilómetros del aeropuerto de Isparta.
Una excavadora abrió un camino en una ladera de la montaña para permitir el acceso a las fuerzas de seguridad, las ambulancias y los equipos de rescate al área del accidente.
La zona fue acordonada, sin permitirse el acceso a algunos de los familiares de las víctimas, que esperaban llorando fuera del área del accidente, mientras los equipos de rescate metían los cadáveres en bolsas.
Por el momento se desconocen las causas del accidente. Según Doganer, las condiciones meteorológicas eran buenas en el momento del aterrizaje.
«No llovía, nevaba o había tormentas en el lugar de destino del avión. Tampoco había problemas técnicos en el avión. El piloto mantenía la comunicación con la torre de control hasta que desapareció», agregó.
El responsable también puntualizó que, además, los pilotos eran «experimentados».
El gobernador de Isparta, Semsettin Uzun, señaló que el avión se estrelló en una zona por la que, en teoría, no tendría que haber volado, partiéndose en dos.
«La zona no estaba en la ruta de vuelo del avión. Es imposible comprender cómo terminó ahí», dijo Uzun a la agencia turca Anatolia.
Por su parte, el responsable de Atlasjet aseguró que «hay 1.000 escenarios posibles sobre lo que pudo ocurrir».
El ministerio de Transportes envió expertos a la zona para buscar las cajas negras del aparato. Su hallazgo podrá esclarecer la causa del accidente.
Atlasjet fue creada en 2001 por la compañía turca Oger Tours. Tiene una flota de 15 aviones que cubren tanto destinos internos en Turquía como rutas hacia Austria, Finlandia, Italia, España y varios países de los Balcanes.
El último accidente aéreo de importancia en Turquía se remonta a 2003, cuando un avión de la Turkish Airlines se estrelló en Diyarbakir (región kurda del sureste del país), causando 75 muertos.