Se educa como en el Siglo XVIII


La diversidad de opiniones y el desconocimiento ha incidido en que no se avance desde el tiempo que inició la reforma educativa: en 1987. En cada periodo de gobierno todo cambia.


Se formó el grupo Plan Visión Paí­s, en la búsqueda de resolver los problemas más urgentes: educación, seguridad, salud y desarrollo rural, los partidos acudimos a la mesa del diálogo, pero la propuesta que llegó al Congreso fue modificada y la rechazamos.

La propuesta dice que las escuelas van a ser concesionadas y que cada empresa que las tenga a su cargo será quien contrate a los maestros, rompiendo la relación de los maestros con el ministerio, pudiendo ser despedidos en cualquier momento.

El sistema educativo ya caducó, se sigue educando en el Siglo XXI bajo un sistema que fue planificado para el Siglo XVIII. Los maestros están concientes de la necesidad de nuevas metodologí­as para el proceso de enseñanza-aprendizaje, pero tienen desconfianza porque cada cuatro años les cambian el sistema.

La ley de educación no tiene reglamento, haciendo inoperante el trabajo del sistema educativo, todo está centralizado en la capital. Los ministros son los encargados de manejar el dinero, ellos deciden cuanto le dan a cada departamento, si esto se hiciera proporcional al tipo de población, los departamentos que más deberí­an de recibir son los más pobres, pero polí­ticamente a muchos sectores del paí­s no les conviene.

El ministerio no ha impulsado ninguna reforma, simplemente le está dando seguimiento al currí­culum base elaborado en 2003. Están capacitando a los maestros de manera inoperante. Salvemos primer grado fue un fracaso, se invirtieron Q25 millones que les fue arrebatado a las becas de las niñas e impulsaron su becatón pero sólo lograron Q10 millones.

Las reformas al magisterio no tienen sentido, agregarle a las normales de 36 a 72 cursos no mejorará en nada la calidad educativa. El problema del desorden del ministerio les lleva a los maestros a la huelga cada dos o tres años, siendo eso la única solución.

No se hace nada para fiscalizar la educación privada y como es mejor que la pública, el ministerio no puede objetar nada en contra de ellos.

El Mineduc es un monstruo, cada uno de los que están al mando quieren seguir siendo los únicos administradores, pero no se dan abasto y lo han debilitado.