Se disparan otra vez las tarifas de la electricidad


Nos está lloviendo sobre mojado. Tenemos una larga serie de problemas sumamente preocupantes. Hay hambre en el paí­s, al menos en algunos departamentos. Al parecer, la inseguridad va de largo, incontenible e irremediablemente, a pesar de la constante movilización de las fuerzas que están para cuidar la «milpa»… El invierno que está por tocar a su fin, por ser irregular a causa del fenómeno de El Niño, hace prever situaciones penosas, no obstante la ayuda generosa de naciones amigas.

Marco Tulio Trejo Paiz

Ciertos entes contribuyen, con apretar y más apretar «tuercas» en la economí­a de diversos sectores del pueblo, a tornar más difí­cil la vida a nivel nacional.

La Empresa Eléctrica de Guatemala, S. A., dizque de Guatemala, está sube que sube las tarifas de la energí­a. Puede tener alguna razón «razonable», valga el concepto, para proceder como viene procediendo, pero lo cierto es que nos está acogotando económicamente.

Muchos son los usuarios del servicio eléctrico que se están quejando como en el desierto a causa del peso pesado o repesado de ese servicio que está contribuyendo para provocarnos todo un calvario.

Las tarifas de la EEGSA se duplican con frecuencia. Los usuarios, por más que se mantengan apagando bombillas en sus ambientes, de todos modos tienen que pagar lo que se les cobra. ¡Y quiotra!, dice el qualunque. ¡De nada sirven, en la realidad, las bombillas «económicas»!… Por más que se utilicen moderadamente los radiorreceptores, televisores, refrigeradores, licuadoras y otros aparatos que se necesitan en los hogares, en las oficinas y demás centros de trabajo, no bajan los cobros de la compañí­a que sustituyó a la de Papi K-Listo.

Hay gente del área rural que no tiene ni para comer tortillas y frijoles -sino sólo tortillas con sal y chile- que se está sintiendo como ahorcada por el citado ente que se encuentra en manos de extraños que, en término de poco tiempo, pueden haber sacado su inversión de capital y, luego, pasar a alta velocidad incrementando sus millonadas?

No ignoramos que la situación económico-financiera está en unos de sus peores momentos en escala mundial, gracias a las desgracias de los endriagos que saben explotar coyunturas de tipo mercantil con sus doradas fortunas.

Tenemos un ministerio de Economí­a y otros entes que especí­ficamente han sido creados para tratar lo que afecta los bolsillos de los guatemaltecos y, a la vez, tienen gorda obligación de velar porque siempre haya eficiencia en servicios como el de la energí­a eléctrica. Unos y otros parecen, a ratos, ver las cosas que perjudican al conglomerado social con indiferencia de estatuas?

La Empresa Eléctrica de Guatemala, S. A., bautizada por Juan Pueblo con el significativo nombre de Nana K-Lista, podrí­a cambiar su «imagen» ante los ojos si tratase con justicia a la supermillonaria masa de usuarios y no tan despiadadamente como lo está haciendo sin plena justificación, como se supone.

En realidad, serí­a una buena imagen del ente en mención, la que éste exhibirí­a ante los guatemaltecos y los extranjeros que conviven con nosotros (los chapines) en este patio del istmo centroamericano.

Se habla, entre el público, de que el personal de la EEGSA que chequea los contadores respectivos, no los lee, sino más bien calcula antojadizamente el consumo, y ese puede ser uno de los motivos determinantes del alcismo progresivo de las agobiantes tarifas de la electricidad. Muchas veces el susodicho personal ni siquiera se acerca a los aparatos que registran el uso de la fuerza motriz.

En la hora de angustias y lamentos de la inmensa mayorí­a de la población, como consecuencia de la crisis económica que sufren casi todos los paí­ses del mundo, cualquier carga que se coloque en las espaldas de la gente de modesta condición socio-económica viene siendo como estocada de mudo? De por sí­, ya es virtualmente insoportable la vida de casi todo un pueblo, merced a una economí­a que se halla como en silla de ruedas, y decimos de casi todo un pueblo, porque sólo los mortales que navegan en rí­os de plata o de oro pueden soportar sin mayores problemas la situación.

Señores de la Empresa Eléctrica: Aflojen en todo lo que les sea posible las ligaduras de la mancuerda a la que está sometida casi la totalidad de usuarios del servicio de electricidad para evitar las airadas protestas que, al menos por ahora, se están produciendo sin serias consecuencias tanto en los ambientes urbanos como en los del área rural. Corten por lo sano antes de que pueda pasar otra cosa que nadie estará deseando. Aún es hora de sacrificar algo, aunque sea algo, de lo que se ha presupuesto.

¡A estas alturas ya deben de haber recuperado hasta con creces lo invertido aprovechando la privatización de importantes y valiosos entes estatales!!!