Los cubanos recibieron este miércoles el mensaje de Fidel Castro en el aniversario del traspaso de poder a su hermano Raúl como un aviso de despedida del líder a sus funciones de jefe de Estado, aunque prevalezca su situación actual de consejero del Gobierno.
«Si la primera proclama fue una despedida provisional del poder, ésta yo creo que es ya una despedida definitiva del poder», declaró a la AFP el opositor moderado Manuel Cuesta, al que como muchos cubanos sorprendió la proclama de Castro, escrita un año después de dejar el poder temporalmente por una crisis intestinal.
Es «una confirmación de Raúl como sucesor, como continuador», opinó Cuesta.
El 31 de julio de 2006, Castro delegó el poder en una proclama leída en la televisión por su secretario Carlos Valenciaga. Ahora, los cubanos fueron sorprendidos por la publicación de la reflexión «política» en la prensa.
Titulado «La llama eterna», el artículo está escrito en un lenguaje críptico, difícil de entender con claridad en una primera audición radial o televisiva, vía a través de la cual la mayoría de los cubanos la escuchó en las primeras horas del día. De ahí que muchos salieron a buscar los periódicos para intentar descifrarla.
Así le sucedió a la economista opositora Marta Beatriz Roque: «No hay una idea concreta de lo que se quiere decir en esa proclama», pero «todo parece indicar que es una proclama de adiós», dijo.
«Entre líneas sí se lee que él no vuelve al poder», acotó Roque, quien leyó la proclama del gobernante «unas tres veces». «Con lo que he interpretado es suficiente», acotó.
Elizardo Sánchez, quien preside la ilegal Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, señaló que el mensaje es de distanciamiento, pero «se mantendrá esta extraña dualidad en que el general Raúl Castro no se hace cargo del poder en su integralidad ni el Comandante en Jefe se retira».
Muchos piensan que Castro, quien cumplirá el 13 de agosto 81 años, podrá recuperar su salud, pero, a diferencia de otros momentos de su prolongada convalecencia, la mayoría coincide en que es poco probable que pueda retomar sus funciones.
«Una cosa es que se le consulten determinadas situaciones a Fidel, cuestiones importantes, como él dice, y otra es que él gobierne. Soy de los que piensa que en Cuba gobierna Raúl Castro», declaró Fernando Garzón, un economista retirado de 53 años.
«No pienso que vuelva a ocupar plenamente sus funciones, será otro el ritmo, y eso es lo que los cubanos le pedimos, que descanse. Fidel ha hecho bastante por esta revolución, ahora les toca a otros», agregó Garzón.
Una empleada del turismo de 34 años, que caminaba de prisa este miércoles hacia su trabajo en el barrio de El Vedado y prefirió el anonimato, lo ilustró así: «uno tiene que saber cuando tiene para cacique y cuando para gurú de la tribu».
Otros cubanos, como Evangelina Peláez, una retirada de 65 años, prefieren mantenerse al margen de la situación: «Si él dice que es consultado sobre los problemas claves, hay que creerle, que otra opción tenemos, pero yo vivo en mi mundo de la religión».
Pero con la experiencia de los años que anuncian sus canas, Peláez duda que Castro «pueda regresar a sus funciones». «No será jamás el Fidel de antes, ya está viejo y enfermo».
Manuel Cuesta, disidente cubano.