Dos mujeres de 20 y 21 años murieron aplastadas la madrugada del jueves en Buenos Aires al desplomarse el entrepiso de un salón de fiestas ocupado por unas 300 personas, 25 de las cuales resultaron heridas tras el recital de una popular banda de cumbia.
«Se me cayó el entrepiso (de metal y madera) en la cabeza. Quedé aplastado, todos gritaban, se apagó la luz. Tardé cinco minutos en zafar de abajo y encontrar la puerta», dijo Pablo Díaz, un sobreviviente de 24 años.
Díaz dijo en la puerta de un hospital que sentía haber nacido de nuevo cuando pudo escapar entre los escombros, en medio de escenas de pánico y confusión.
La muerte de las dos jóvenes hizo reaparecer el fantasma de la disco Cromañón de la capital argentina, donde hubo 194 muertos y casi un millar de heridos en un incendio el 30 de diciembre de 2004.
«El entrepiso, lleno de gente, se movía como un flan, pero no pensé que se podía caer. Yo estaba abajo», dijo Díaz, sobreviviente del pequeño local «Beara», de no más de 500 metros cuadrados, en un barrio de clase media de Buenos Aires.
El «boliche», como se le dice a los centros nocturnos en Argentina, está en el límite geográfico del llamado Palermo Hollywood, una zona de moda desde varios años donde proliferaron los restaurantes, bares con música y comercios de ropa de marca.
«Vimos cómo se derrumbó todo delante nuestro. Había gente llorando por todos lados. Era una fiesta privada en la que había menos de 300 personas», dijo a la televisión Sergio Aranda, del grupo «Ráfaga», el más antiguo de los conjuntos que interpretan la versión vernácula y bailantera de la cumbia colombiana.
Un empleado de la barra de bebidas del salón que no dio su nombre dijo que al terminar el recital de «Ráfaga», la gente subió al entrepiso donde funciona un sector VIP.
«Muchos subieron las escaleras. Nadie los detuvo. Después se apagó la luz, sentí el estruendo y empezamos a ayudar a los heridos», dijo el empleado.
El jefe de Gabinete del gobierno capitalino, Horacio Rodríguez Larreta, dijo en conferencia de prensa que «el local estaba bien habilitado y fue inspeccionado nueve veces. Hubo un mal uso de las instalaciones. La gente se trasladó al entrepiso y empezó a saltar».
«Fue un caos total (…) Se escuchó el ruido y se derrumbó todo, no lo podíamos creer (…) Había cables colgados por todos lados, se escuchaban gritos y gente llorando», relató el cantante de «Ráfaga», Ariel Puchetta.
La banda es muy popular desde mediados de los años 90 también en Chile, Bolivia, Perú, Uruguay, Paraguay y España, donde obtuvieron Disco Doble de Platino, además de haber ganado dos veces la «Gaviota de Oro» en el Festival chileno de Viña del Mar.
«Si todos sabían que se podía caer el entrepiso y se convoca a un conjunto como Ráfaga, con lo cual se iba a duplicar la concurrencia habitual, sería esto un crimen», dijo Daniel Llermanos, abogado de las víctimas.
El entrepiso que cedió «está entre los planos aprobados» por la comuna, dijo el funcionario, quien no pudo precisar oficialmente cuánta gente había en la fiesta, a la que se ingresaba por lista o pagando 20 pesos (cinco dólares).
La superficie que se desplomó era de «aluminio, con partes de madera, de 70 metros cuadrados», detalló el comisario inspector de Bomberos, Carlos Alvarez.
Hace un mes, en otro derrumbe, el de un edificio donde funcionaban un gimnasio y comercios en la ciudad de Buenos Aires, dejó tres muertos y una decena de heridos.
En 2004, la catástrofe de la discoteca «Cromañón» causó tal conmoción en el país que derivó en un juicio político y destitución de quien era alcalde de Buenos Aires, Aníbal Ibarra.