Se calienta la polí­tica norteamericana


Barack Obama ha sido reconocido como un excelente orador desde que alcanzó dimensión nacional hace cuatro años al hablar en la Convención Demócrata que postuló a John Kerry y desde entonces se le vio como una figura con gran futuro. Ayer, sin embargo, el ya oficialmente proclamado candidato demócrata fue más allá, porque además de ratificar sus dotes oratorias, se mostró como un polí­tico capaz de ser concreto, definiendo en un discurso toda una lí­nea polí­tica que ha de marcar el rumbo del resto de esta campaña.

Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

Y mientras Obama gozaba del éxito de terminar con una convención como pocas, unida y entusiasmada alrededor de una idea inspiradora, el candidato republicano anunciaba la nominación de su compañera de fórmula. McCain ha cuestionado mucho la capacidad y buen juicio de Obama, pero hoy realmente nos dio una muestra de la carencia absoluta de criterio que tiene cuando pensó que darí­a un golpe a los demócratas nominando a una mujer para la Vicepresidencia en la tesis de que eso atraerí­a a los votos de Hillary Clinton.

En primer lugar, hay que decir que la senadora Clinton endosó con mucha propiedad su respaldo a Obama y que el mismo candidato se encargó de cerrar el negocio ganándose por derecho propio esos votos con su brillante discurso de ayer que renovó el partido demócrata en una forma que ha sorprendido a los analistas. De esa cuenta, la teorí­a de que los votos de Clinton irí­an para McCain se desmoronó en la práctica porque Obama pudo cautivarlos. Pero lo más grave de todo es que el único punto en el que el ataque republicano parecí­a ser contundente era la inexperiencia en polí­tica exterior de Obama, además del subyacente tema de la raza que nunca será enarbolado oficialmente por los republicanos, y ahora pierden por completo autoridad para seguir con ese tema.

Porque resulta que la compañera de fórmula de McCain es infinitamente más inexperta y neófita que Obama y sus probabilidades de tener que ser Presidente de Estados Unidos son muy altas por la edad del candidato y sus anteriores problemas de cáncer cutáneo. Y ella sí­ que no tiene ninguna credencial para manejar los conceptos básicos de la polí­tica exterior y para dirigir el proceso de lo que Obama ayer llamó como el rescate del liderazgo mundial de Estados Unidos que se perdió por el exceso de acciones unilaterales de Bush y compañí­a.

Además, la comparación entre la hoja de vida de la señora Sarah Palin con la de su contendiente, el senador Joe Biden, es tan abismal que la competencia se vislumbra desigual.

McCain habí­a querido una elección que fuera referéndum de la capacidad de Obama para gobernar y éste ayer revirtió el tema forzando a que el pueblo termine haciendo un referéndum sobre Bush porque McCain serí­a el tercer perí­odo del equipo Bush-Chenney. Pero lo más importante es que el talento para tomar decisiones tiene que ver con la elección del Vicepresidente y en eso la diferencia resultó siendo patética.

Eso hará que el arsenal republicano de campañas negras y malas artes tenga que nutrirse de nuevas y más audaces ideas para contrarrestar el í­mpetu que ha tomado un partido demócrata renovado y pujante que en el ataque a los ocho años de gobierno de Bush encuentra eco en una población que ha sufrido mucho por los desaciertos económicos y bélicos de quien puede pasar a la historia como el más torpe y mediocre presidente de los Estados Unidos.