Los jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea (UE) abren hoy por la tarde en Bruselas su cumbre de fin de año en la que se debería confirmar el freno de la ampliación del bloque, mientras España volverá a buscar apoyo para reforzar la gestión de los flujos migratorios.
Si bien la cumbre no debe estar dominada por la cuestión turca, tras la decisión el lunes de los cancilleres europeos de suspender en forma parcial el proceso de adhesión de Ankara al bloque por no respetar sus compromisos con Chipre, el tema aún puede dar lugar a debate.
En efecto, algunos líderes, como el primer ministro británico Tony Blair, que tras la cumbre viajará a Turquía, podrían utilizar el encuentro como tribuna para defender su posición en esta batalla entre «pro-turcos» y «duros».
Sin embargo, los 25 líderes europeos deberían contentarse en lo formal con aprobar el texto que «avala las conclusiones» adoptadas el lunes por sus cancilleres, que suspendieron 8 de los 35 capítulos del proceso de adhesión de Ankara, según el proyecto de declaración del cual la AFP obtuvo una copia.
También tienen previsto «saludar los progresos de Turquía en materia de reformas políticas» y pedir que los «intensifique».
En vísperas del ingreso de Rumania y Bulgaria a la UE el 1 de enero, los responsables del bloque analizarán durante su cena de trabajo la estrategia de ampliación de la Unión, reconociendo que no recibirán nuevos Estados miembros mientras no se reformen las instituciones europeas.
«El Consejo Europeo remarca la importancia de garantizar que la UE puede mantener y profundizar su propio desarrollo mientras continúa su agenda de ampliación», afirma el proyecto de conclusiones de la cumbre.
Esta fórmula coincide con la opinión del comisario europeo de Ampliación Olli Rehn, quien el miércoles señaló que «la capacidad de integración está vinculada con las instituciones europeas, el presupuesto y la políticas» comunitarias.
«Una solución constitucional deberá haber sido encontrada en el momento en que el próximo Estado miembro esté en condiciones de entrar en la Unión», había estimado la Comisión Europea en un informe divulgado en noviembre pasado, haciendo referencia al problema por el paralizado proyecto de Constitución europea.
Si bien Bulgaria y Rumania no están concernidos por esta nueva visión, sí se verán afectados los dos candidatos en tratativas, Croacia y Turquía, así como también a Macedonia y otros posibles aspirantes de los Balcanes.
En cuanto a la inmigración, otro dilema que enfrenta el bloque y que España se ha encargado de mantener en los debates a partir de su crisis de ilegales en Canarias, los líderes deberían comprometerse a seguir avanzando en la política común de gestión de esos flujos.
Para España, las bases de la política europea en el área deben ser «combatir, regular y ayudar», como explicó el lunes el canciller español Miguel Angel Moratinos.
Una de las intenciones es continuar mejorando la colaboración con los países africanos, luego de las dos reuniones a nivel ministerial celebradas este año en Rabat y Trípoli que deberían ser seguidas por una cumbre UE-Africa en el segundo semestre de 2007, bajo presidencia portuguesa.