Hago hoy énfasis en algunos puntos clave. Si acaso el cultivo y la cosecha de marihuana en los Estados Unidos, alcanzara para satisfacer las necesidades de la sociedad gringa, no habrí­a necesidad de transportarla desde Colombia, como hasta ahora se hace. Eso, acabarí­a, por completo, con el narcotráfico, porque la droga ya estarí­a allí­, en donde se necesita. Además, allí­ serí­a sembrada, abonada, cosechada y procesada, algo que ahora se lleva a cabo fuera de los Estados Unidos y que es calificado de ilegal y del cual se benefician, en grado máximo, los traficantes. Además, sirve de pretexto al gobierno gringo para calificar a los paí­ses latinoamericanos según la obediencia que demuestren para las órdenes que se les dicten.

La efectiví­sima lucha del pueblo gringo en contra del consumo del tabaco puede ofrecer algunas luces para aquellos bien intencionados que sí­ quieran comprender. ¿Acaso fue preciso prohibir el cultivo de tabaco? El tabaco se sigue sembrando y cultivando en pueblo gringo, y la principal lucha se hizo a nivel del consumidor, haciéndose énfasis en la educación de las juventudes y el papel de los padres como formadores.

El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger es un hombre de ñeque, quien convencido de la necesidad de acabar con el narcotráfico podrí­a decidir sembrar marihuana en las montañas californianas. Los californianos ya no dependerí­an de nadie y allí­ se acabarí­a el maldito narcotráfico.

Ignoro si la ley federal estadounidense se lo prohí­be, pero, de todas maneras, es una idea que se me ocurre ahora que se requiere de un lí­der inteligente y con suficiente testosterona y que no se anda con chiquitas. Y ya no tardará en darle trabajo a los inmigrantes ilegales para que ellos sean los cultivadores de marihuana en California. Es más, ya en una anterior oportunidad, al respecto de otro problema, d. Arnold aseveró que California es un estado poderoso, que no necesita de la aprobación del gobierno federal.

Hoy de madrugada Radio Escandinava hizo un llamamiento al pueblo gringo pidiendo que se organicen para apoyar la libre producción y consumo de la droga en su patria.

«En alguna otra oportunidad Schwarzenegger manifestó cierto desprecio por los latinos y los negros», nos recordó el locutor, «sin embargo, nosotros, los escandinavos, esperamos que esta vez, no desestime esta idea por el hecho de ser originaria de un guatemalteco, y exhortamos a d. Arnold el gobernador, a que la recoja y la haga suya y pronto la ponga en práctica, sembrando marihuana y coca en las montañas californianas».

La Lila mi mujer, está de acuerdo con éste su marido matasanos y con la Radio Escandinava y me dice, «fí­jate Carlos que además allí­ en California no entrarí­an las huestes de d. Conejo Berger a destruir los cultivos de los campesinos, así­ como lo hicieron aquí­ en San Marcos».