Los nervios están perjudicando el fútbol de Brasil en el Mundial de 2014, que necesita «menos corazón y más fútbol» para superar a Colombia en cuartos el viernes y seguir buscando el «hexacampeonato», según el técnico del equipo anfitrión, Luiz Felipe Scolari.
Ese es el diagnóstico que hicieron Scolari y su coordinador técnico, Carlos Alberto Parreira, durante una charla con seis periodistas realizada en la noche del lunes en Teresópolis, según relataron hoy dos participantes del encuentro.
Los comandantes de la «seleçao» consideran que «el mayor problema del equipo es la cabeza de los jugadores», resumió el columnista Luis Antonio Prósperi, del diario «O Estado de Sao Paulo».
Prósperi agregó que tanto Parreira como Scolari admitieron que el equipo «está jugando mal», pero aseguraron que, de recuperar el control emocional, «volverá a jugar un buen fútbol».
Scolari y Parreira se manifestaron convencidos de que las crisis de llanto que afectaron a varios jugadores el sábado, durante el dramático partido con Chile, ya no se repetirán, ya que Brasil ha eludido la amenaza de eliminación en octavos que sería, a su juico, una «tragedia más grande que la derrota en la Copa de 1950».
«Como esta etapa fue superada -creen ‘Felipao’ y Parreira- la tendencia es la de que el equipo juegue con más alegría y menos emoción. Ellos no quieren que los jugadores jueguen con miedo a ser condenados como ha sido el arquero Barbosa en el ‘Maracanazo’», agregó Prósperi.
Los comandantes de Brasil son optimistas de que muchos de los factores que generaban tensión han sido superados, pese al llamado «maleficio de los cuartos de final»: fue en esta etapa que, en los últimos dos Mundiales, Brasil vio naufragar el sueño de sumar un título más al «pentacampeonato» conquistado en Corea/Japón 2002.
Pese a ello, Scolari y Parreira aseguraron que, al menos, el partido con Colombia no será «una guerra» como fue el choque de octavos con Chile y hubiera sido un duelo con Uruguay, y por lo tanto será «menos dramático».